Y si lo echamos a suerte

Jugar!

1/25/20253 min read

Día a día somos llevados por una marea llamada rutina, procesos y lineamientos, todos ellos son los que tenemos que hacer para satisfacer expectativas, trabajo, responsabilidades y hasta forma de comportarse socialmente para de esta manera ser aceptados, vistos o reconocidos, evitar ser juzgados o pasar momentos incómodos por no saber que hacer...en otras palabras... dejar de ser uno y apagar la esencia esos instantes mientras el reloj marca los segundos y el show acaba.

Tenemos varias escuelas vintage de aprendizaje que  nos han llevado a ciertas etapas en las cuales limitamos las posibilidades de sentir la magia de estar presente, evitando de manera propia trascender, dejar que estas ideas que fluyen o confabulan en un espacio no determinado de tiempo se manifiesten y nos den un nuevo aire, una nueva locura o como solía llamarlo "arrebato".

Es un riesgo al que pocos estamos dispuestos a correr, pues es preferible las apariencias, el maquillaje perfecto y tono de voz sutil, ese que no deja salir cada palabra desorbitada que suele enfurecer a unos cuantos al escucharlas, detalles como esos nos van robando integridad, generan una falsa idea de quienes somos y como nos presentamos ante el universo.

Mi caso es particular, soy un soñador he dejado de negarlo, ser así me permite a su vez tener cierta creatividad a la hora de dar un vuelco a la monotonía, a lo que debería ser y la forma socialmente aceptada de hacer que las cosas pasen. Usualmente enciendo las velas todos los días, llenándome de luz y energía al verme al descubierto creando algo que en determinado momento cuestioné si debía hacerlo, no es que vaya a experimentar o poner a prueba a alguien...pero si, dejar salir mi esencia reprimida por un tiempo ya con estas acciones que ponen en evidencia una parte importante de mi forma de ser.

Me encanta esta forma de sentir este presente, el momento que estoy atravesando se agiganta cada vez que sonrío de solo recordar las huellas del camino que voy dejando para mis recuerdos y esas historias que podré contar a mis nietos quizás, no tiene que ver con el ego o el falso amor propio es solo.......dejar salir al niño interior a jugar, a tomarse por una noche las sensaciones no tan estrictamente estructuras, pero tampoco faltando el respeto a nada ni nadie.

Y así en cuestión de una hora se me ocurrió plasmar las ideas en papel, un juego de doble vía, de ida y vuelta.........a ser libres  joder!!!, a tomar decisiones instantáneas o cambiar de idea en consenso por el solo hecho de aceptar la individualidad y la zona de seguridad que cada quien profesa, que da sentido a su permanencia al compartir instantes que no tienen tiempo determinado de caducidad.

Que busca? pues la autenticidad, quitarse maletas innecesarias, poner el pasado en pausa, callar el celular y las notificaciones, sentir que el verdadero presente es el segundo que tomamos en conciencia un si como certeza y un no como cautela, recorrer caminos nuevos, llevarnos a fronteras de universos desconocidos, arriesgarse a creer una vez más en la sinceridad manifestada en el entusiasmo que pongan a este juego llamado conocernos. 

Que si es muy impertinente, inmaduro, cursi, que se yo!!!!!!, en un determinado momento lo sabré con cada palabra que pueda leer, con esas actitudes que denotaran astio, vergüenza ....o no!. O quizás y el universo conspira y encontramos en esta actividad ese transmutar de elucubraciones y sensaciones tiranas que sabotean las oportunidades que la vida nos entrega para ser dichosos y agradecidos de haber coincidido en el tiempo. 

Es hoy.....es un día en donde quizás te atreves a jugar!