Una pausa necesaria
El espacio de estar en casa
5/15/20242 min read


Han pasado varios días donde la vida apretó el acelerador, como una carrera de formula uno miles de cosas que hacer, cumplir y asi los segundos se van mientras parpadeo y descubro que la vida sigue yendo bien. Her dejado la cortina arriba esta ultima semana pues la verdad en cada detalle que puedo sentir de la vida he decido que debe estar presente aun cuando este dormido
Las situaciones cada día son diferentes pero llenas de esas lecciones propias en las cuales sigo descubriendo mi estado de conciencia y sobre todo este camino que voy marcando día a día sobre lo que siento, pienso y quiero. Me encuentro con paredes bajas y quizas un par de sombras que quieren bailar esta música de moda que a penas puedo comprender, pero dentro de todo ello al finalizar la experiencia y encontrarme en casa, descubro lo afortunado que soy por poder sentir el aire de manera diferente.
Solía asfixiarme fácilmente, entre esas cosas y personas que no podía comprender, olvidar o aceptar esa parte del camino que acompañaron mis mañanas, muchas de las veces este espacio al que llamo hogar me recuerda un pedacito de pasado que de tanto en tanto llega a visitarme como la abeja que llega a las 6am de tanto en tanto, sin embargo encuentro en cada uno de esos instantes la paz necesaria para regalarle una sonrisa de gratitud a ese momento.
Ser parte de una sociedad, de una empresa, trabajo, familia, implica tantas cosas que aveces es complejo de encajar o pertenecer momentáneamente a todo ese espacio creado para aprender un poco mas de la experiencia humana, no se si me estoy volviendo mas viejo, mas sabio o mas meditativo en como la vida fluye en cada uno de los instantes en que tomo aire y enfrentó con valentía esta vida que si, es perfecta por que tiene que pasar cada una de estas situaciones para evolucionar.
Me controlo y trato de aceptar todo aquello que va delineando mis pensamientos negativos o queriendo alimentar el ego cuando la vanidad con total atrevimiento llama sin aviso y con la pura intensión de robarse ese pedazo de vida que he tenido la bendición de encontrar. Hoy por hoy siento que la manera de enfrentar todas estas emociones van llevándome a un lugar diferente, este donde no caben muchas personas en el cual las paredes y ventanales grandes de mi casa son los mejores compañeros de reflexiones.
Saboreo este vino blanco tan económico que me permite tenerlo en abundancia, no de la que suponemos, sino de la cantidad y medida exacta del momento en que mi paladar decide sentir este estado liberal de la mente que confabula con el alcohol en la sangre y por algunos instantes nos lleva a lugares diversos, es como una dimensión paralela donde la musica hace un eco diferente, el chocolate se derrite en la boca y los sentidos se agudizan
Quizás estas sensaciones son parte de sentirse vivo, algo despierto y con los sentidos a flor de piel, la vida se valora, las personas nos conectan y la libertad de dejar ir a todo aquello que no hace sentido en el camino se hace mucho mas sencillo, esta aceptación del presente que me convence de todo el proceso vivido de manera que al cerrar los ojos no queda nada que lamentar, nada que decir, solo esperar abrirlos y volver a sentir.