Un NO, cuestionable
buscando maneras de romper estructuras
7/28/20245 min read


Siendo parte de esta existencia a diario tenemos estas conversaciones con la mente, la misma que esta repleta de estructuras y conceptos sobre el bien, el mal, lo correcto, lo que se debe y no se debe hacer y así un sin número de situaciones que usualmente tienden a caotizar nuestra existencia de forma consiente y absurda a la vez.
Para poder tomar una decisión de cualquier tipo pasamos por un proceso de análisis y reflexiones profundas sobre que es lo que ganamos, perdemos al decir, si o no, no se que es lo que mas pesa en esta decisión la verdad, pero cuando empezamos a tener una poco mas de pausa en la misma y nos llenamos de aceptación de un yo, lejos del ego o de la vanidad, siento que podemos enfrentarlas con mayor paciencia, es decir, sin ese apuro constante de que algo hay que hacer YA!.
Escuche esta semana que según algún estoico, si somos capaces de mantener una decisión desde la conciencia de la sobriedad y la fantasía que nos crea el estado de embriaguez, es de por sí una decisión certera que viene desde nuestro interior, al terminar de escuchar, empecé a reflexionar sobre ello y que implicaciones tiene, lo primero que se me vino a la cabeza, es: "tenemos que pasar por este test de alcoholemia en decisiones trascendentales para saber si estamos en el camino correcto". Que pasa si podemos llegar a un momento de la vida en que realmente baste con ser consientes y presentes para decidir, para actuar y ser lo suficientemente responsables sobre la consecuencias que esto implica
De inmediato llame al pasado y a cada una de esas decisiones que en algún momento me las cuestioné y hasta sentí arrepentimiento, pero no logre identificar como lo habría hecho diferente y no me quiero basar en que solo hice lo mejor que pude hacer con la información y experiencia del momento, por que muy pero muy dentro de mi, sé que algunas de ellas las hice con intensión, con algo de egoísmo y defendiendo mi espacio y mi llamado futuro.
Hoy me encuentro en esta etapa del NO rotundo, de ese que no es negociable ni siquiera para el juicio de valor que hago sobre la vida que llevo, que si hago algo, que si llamo, que si visito, que si desaparezco, que se yo, tantas cosas que he dejado de hacer por el simple hecho de estar bien en donde estoy, en este lugar que ha sido mi refugio sobre lo que no puedo comprender, aceptar y ser parte. Sin duda esto me ha alejado de la estructura social y familiar, es evidente como cada día mientras escucho historias y vivencias de lo círculo mas cercano, tiendo a callar y dejar de opinar, con una sola intensión que es la de salir corriendo de ahí.
Este proceso de callar la mente y todo su poder es uno de los retos mas grandes que ahora disfruto por que ya no tengo tanta enemistad, entendí que puedo ser observador de esos pensamientos y con el pasar del tiempo solo apagarlos y ponerles un alto, como cuando leía un viejo libro que basaba su premisa en "enfócate en el problema, no en las personas", mas de 25 años llevo con esta idea en la cabeza de como controlar las emociones y pensamientos que pueden robarse mis mejores momentos.
Sigo en este camino de disfrutar del silencio de mi cuarto, de la pasividad con la que sirvo y preparo mis alimentos, no niego que en ocasiones me imagino como seria un fin de semana si fuera parte de la estructura social, si tuviera amigos que visitar, el interés de estar con mi familia y hasta tener una pareja con la que constantemente estemos elaborando planes para no caer en la monotonía o rutina que es tan habitual hoy por hoy.
Tomo la bici o el auto y solo voy, voy por la vida respirando como todos, a mi ritmo, a mi cardio, es que la vida sigue yendo bien al sentir que tengo todo lo que necesito para hoy comer, dormir y darme uno que otro gusto ya sea a mi o mi hija, que se va de a poco convirtiendo en una mujer independiente, que quizás no llega a comprender los retos a los que le invito vivir, cuando le digo hazlo tú, tu puedes, decide, compra, sal, muévete a tu ritmo. Siento que ya dejé atrás el cuestionamiento de ser un padre presente o ausente, pues en esta dualidad en la que vivimos que mas da, un segundo que toda una vida.
Leer lo que otras personas que transitan por esta faz de seguro es enriquecedor así como una invitación constante a cuestionarlo todo inicialmente y luego ya dejamos el juicio a un lado sobre si es cierto o no y empezamos a reflexionar, vaya que colores tan diversos tiene, separamos nuevamente a quien escribe, quien dice o quien predica para darnos este espacio de introspección sobre como vamos aceptando el mundo, en especial, este que no podemos controlar del que somos participantes mas no protagonistas, es como rendirse a ser visto, a tener notoriedad o ser parte de una estructura que las bases nos limitan.
Digo no una y otra vez a todo aquello que por dentro ya se ha decidido, dejo de hacer las cosas por pena, por compromiso, por el que dirán, por tan solo suponer que algún daño colateral puede tener mi indiferencia para muchos, mi ausencia para otros y mi seguridad para los que han podido sentir en mi presencia la autenticidad en cada uno de los instantes que me permito ser libre y compartir segundos de lo que sea con quien hace eco en mi vida.
Rompo cada una de las estructuras creadas que alteraron mi pasado, que provocaron que decida en función de una dualidad ambigua y que solo desvió mi camino, pero que en la tranquilidad absoluta puedo decir que así estaba escrito, que aquel libro ya lo había leído y en el momento presente puedo sentir las lecciones aprendidas, las personas amabas y abandonadas, cada uno de los aciertos y reveses que provocaron mis decisiones en mi ruta y en la de unos cuantos.
Consigo aceptar que cada NO rotundo que siento desde el interior, deja de ser un mecanismo de defensa o de exilio, viene a ser en mi presente, este espacio que matiza mis mañanas y que al caer la noche me permite agradecer por lo experimentado mas aún con la certeza de no tener intensión da dañar a terceros, mucho menos tener el atrevimiento de ser, o no ser, parte de la vida de alguien mas. Libero de mi cada uno de esos pensamientos que oscurece la habitación cuando la vela se apaga y siento que algo no esta bien dejando que el ego hable por mi.
Regreso a mis orígenes, a este lugar que conozco de memoria y que hace que sonría con frecuencia, a enfrentarme con las ramas y la velocidad de una pendiente de rocas, a perderme entre las ramas y los caminos de segundo orden, no por escaparme del presente, pero si para hacer música con los árboles, con el viento, mientras siento que el aire es diferente y me quiebro de cansancio solo para detener la marcha y abrazarme.