Un dia a la vez
Esos momentos en lo que me reencuentro, entre la lluvia, los audios y aquellas paginas de libros subrayadas.
9/22/20233 min read


Abro los ojos y siempre tengo un espectáculo en mi ventana, son las nubes los nevados o el azul del cielo de mi lindo Quito, que me recuerdan que un día más ha llegado, la rutina empieza hacer lo suyo, voy al baño, miro al espejo, y son ese par de canas blancas que me encantan del mechón frontal de mi corte sin estilo que me hacen sentir guapo!
Me veo tan yo, tan lleno de mi de aquel hombre que cada amanecer se automotiva para pensar que este día será diferente, la frase que repito cada día en la mañana mientras exprimo las naranjas para hacer uno de los jugos favoritos. La música ya esta sonando, he puesto las play list que youtube me recuerda que son las que mas escucho y vaya que son unas mezclas que muchas veces no las encuentro el sentido.
los mensajes esta ahí sin leer desde la noche anterior, el celular se queda fuera de mi habitación como castigo por permanecer en mi vida mas tiempo del que debería, muchas veces por trabajo y otras por ocio, al fin debo volver a tomarlo y empezar el trabajo de convencer a mis posibles clientes de que nuestros productos son lo que están buscando.
La mañana pasa y luego de haber barrido y limpiado la casa todo huele a limpio el sol golpea con fuerza todo el departamento y hace que los girasoles crezcan espectacularmente mientras me deleito viéndoles abrirse y florecer, aun que se que en un par de días dejaran de acompañarme. Regreso a ver y esas orquídeas que llegaron sin pedirlas me recuerdan que están aquí, acompañándome también en cada respiro.
Empiezo a meditar sobre la vida, sobre la vida y las conversaciones random que tengo con un par de amigas, que curioso no hablo con hombres de nada de eso si no mas que negocios o similares. Me entretengo en esos pensamientos un momento e inmediatamente me doy cuenta que somos instantes en la vida de otras personas y que con cada decisión que tomamos al abrir la boca, hace que el universo entero cambien sin ni siquiera darnos cuenta del todo.
Alimento mi alma visitando a mi madre, compartimos un almuerzo y muchas charlas sobre lo que pasa en mi vida y como la veo, la escucho con atención el resumen de su fin de semana y de las tragedias de la vida familiar de mis parientes y como esta se vuelve cada vez mas hostil para ellos, sin mucho que hacer o aportar, regresamos a nuestra realidad y regreso al trabajo o lo que llamo trabajar.
Sigo en la búsqueda de mi pasión y de eso que me quita el sueño, los he pillado entre nostalgias y recuerdos, ahora los tengo claro, los he identificado claramente y como no puedo tenerlos de momento, me motivo mirando, comparando, creando y buscando señales de como puedo llegar a ser y vivir cada una de esas experiencias que me dan vida.
Esta semana han empezado las lluvias por la tarde, son mas frecuentes y no encuentro nada más romántico y acogedor que mi sala, las velas que siempre me acompañan el café y de repente a mi derecha aparece la luna queriendo robar toda mi atención, me quedo atónico preguntándome como puede ser tan perfecta, quisiera tocarla pero es tan esquiva que prefiero mirarla tras la ventana.
El olor de los libros me regresan a la realidad, cultivo mi mente entre páginas llenas de historias que alguien más se atrevió a vivir antes que mi y me imagino cada una en mi mente, todos esos relatos que devoro con atención jugando con los personajes creándolos a mi manera, pensando como seria estar ahí en ese momento, me vuelvo un espectador invisible de las letras.
La noche llena de luces y pocos ruidos me dice que es hora de dormir, apago las luces y dejo entre mis pupilas miles de colores que se dispersan entre las vueltas que le doy a la cama intentando conciliar el sueño, quizás buscando esos momentos de escape que se tiene a una realidad paralela que solo se vive sin sentir pero que de una u otra manera nos liberan un poco del incontrolable e impredecible presente.