Te vas!

Desapareces, de mis pensamientos constantes y todo aquello que me recordaba a nosotros.

De a poco dejo de esperar encontrarte entre la gente, en los lugares que solíamos caminar esa falsa expectativa de volverte a ver.

Ciertos aromas aún te recuerdan sin nostalgia, sin rencor, como botellas llenas de perdón.

Pocos e inconstantes recuerdos permanecen en mis días, en los horario de almuerzo, de salida, de rutina de esas actividades que elegiste al dejarnos.

Te vas sin pedir permiso así como llegaste, azotando la puerta, pero ya no espero que abras con la llave que aún la tienes.

La adrenalina de ver el auto en mi estacionamiento se ha ido, me acostumbro a verlo vacío.

Camino por las calles y dejo de pensarte, me encuentro entre los arboles y los helados y esos lugares que solían contarnos el día.

Voy a dormir, el lado derecho de mi cama lo he ocupado y aun que mis manos te busquen como solía hacerlo ya no duele no encontrarlas.

Me quedan intactos las costumbres, los sabores, las recetas y aquellas comidas y bebidas que un día fueron nuestro why not.

Me permito extrañarte aun sabiendo que te vas!

Sigues siendo la musa de estas letras, aun sabiendo que te vas.

Te vas, así como yo, sin sumar, ni restar, con esa ecuación matemática que llamábamos amor.

Hoy miro el espejo, me veo nuevamente reír, alimentándome de textos, libros y personas que hacen crecer mi confianza.

Hoy un día mas y te vas.