Soñadores

Viven, respiran y transmiten amor

11/12/20243 min read

Estas personas mágicas, místicas, predecibles y sencillas de leer,  tienen la capacidad, el instinto o una manera extraña de ver en todos los humanos la bondad de su alma, saben reconocer esa parte que todos llevamos dentro y aunque muchos aún la desconocen,  está ahí en su interior, dormida esperando esa oportunidad de ver la vida con colores diferentes, con una perspectiva de vida basada en el amor.

Capaces de reconocer corazones fríos, apáticos, indomables......esta idea de compartir en conciencia una vida a plenitud, van dejando esa interrogante en los momentos compartidos, esos que abandonan la estructura de su mente y permiten al alma ser libre…..en muchas ocasiones solo momentáneamente.

Mientras nos vamos entreteniendo con la sociedad, lo que nos dicen está bien, mal, de moda y todas esas apariencias y espacios que priorizamos, algunos tienen la suerte de coincidir y por lo general a destiempo con este tipo de humanos que vienen a calmar las aguas, a bajar las revoluciones de las mil un necesidades de gratificaciones y sensaciones momentáneas e instantáneas qué debe una u otra manera solo alimentan el ego y una vanidad camuflada que viene a ser parte de un proceso propio del desarrollo personal, ya que la evolución como humanos llega después de reconocer en conciencia lo que significa amar, dar y compartir. Que por cierto es la única tarea a la que nos enviaron en esta experiencia humana.

Y es así como van, llegan y se vuelven  a ir de la vida de unos cuantos, dejando huellas que no entran en dualidad tampoco, no se identifican en borrables o imborrables, solo huellas que en algún momento de cada etapa de la vida llegan como reflexiones profundas sobre nuestro verdadero propósito. Algunas personas lo experimentan al borde de la muerte, otras en etapa de cansancio mental, carencias o quizás hasta aburrimiento,  cuando ya se ha conseguido todo pero que tampoco llena, cuando ya no resta más que querer o desear.

Entre tantos humanos que transitamos por el planeta, hay muchos un tanto diferentes, llenos de todo pero de nada a la vez, ellos los que necesitan experimentar sensaciones físicas, banales, materiales, profesionales, que con todo el derecho que los asiste, a su manera, tienden a ser polos de atracción de los soñadores, que desde la otra vereda,  perfilados como seres especiales usualmente catalogados como PAS, van por la vida entregando todo lo que tienen, despojándose de cada una de las vestiduras del alma con tal de acariciar la vida de otras personas, de mostrarles un mundo presente diferente, y dejar un par de vivencias, palabras o emociones que en algún momento del camino llegarán a recordarnos que la vida se compone de un par de cosas mas de las que estamos hoy por hoy disfrutando,

Viven en el amor, haciéndolo un verbo, sustantivo o hasta adjetivo...tan esquivo en estos tiempos, tanto es así que al día de hoy lo han multiplicado, siendo el poliamor algo que transita en las aceras de las carreteras de la completa insatisfacción donde nada basta, donde todo es desechable, sustituible o quizás incompleto. Pese a ello se mezclan entre las sabanas equivocadas, mojadas y llenas de un todo que termina en la nada pues al final siempre son sustituidos por algo, alguien o un querer Infinito.

Si te encuentras con un soñador tienes mucha suerte, hay que vivirlos, sentirlos,  no se repiten con frecuencia en nuestro camino, van a pasar mas de un par de veces de seguro por tu camino, ya que son de esas personas que llegan de la nada, sin pedir, sin buscar, solo golpean nuestra puerta para con sutileza conocerte y creer a la primera cada una de las palabras ciertas o no, que salen de tu boca, ni se fijan con detenimiento en la coherencia de tus actos, al ser libre de hablar, pensar, reír, te acompañan mientras lo permitas o en ocasiones cuando realmente los has destrozado…..por lo que, si reconoces a uno de esos y en certeza propia, sabes que no es el tiempo correcto para acompañarlo solo déjalo pasar de tu vida, reconócelo como lo que es, un ser diferente al cual mirarlo partir sería la mejor forma de aceptar las diferencias. Y si por el contrario, estas en la capacidad real de recibirlos en tu vida, cuídalos, aprécialos, baja la ventana del coche y mientras viajan sin destino, siente su paz, regresa al centro, al origen y avanza sin limitarte a nada mas que amarlos.