Sin olvidarse del aire
Mientras meditas, mientras caminas
6/6/20243 min read


Dentro de este espacio que ahora es reducido, divago por las calles sintiendo el aire de una manera extraordinaria, estaba perdiendo esa sensación que da el solo hecho de respirar, sentir ese aroma que me sabe a gloria mezclada con el frio de la noche que me lleva lugares poco habituales en esta rutina que he creado para producir.
Afortunadamente días atrás leía sobre la vida y como el balance de un todo puede ser mas que necesario para acomodar este rompecabezas que llamamos presente. Me llamó mucho la atención como podemos interpretar de mil maneras las prioridades, los momentos felices y aquellas historias que se guardan en el olvido por que no fueron lo suficientemente fuertes para que darse en este respiro.
Entiendo que la persistencia es parte de la esencia de la vida, esta que hace que el camino se mantenga, sólido, tan lleno de nuestros anhelos y de aquellas expectativas que le pedimos al universo nos permita sentir en algún momento en el segundo que acaba de terminar. Es esta etapa que atravesamos para no marcharnos, para no cansarnos de respirar y aprovechar el aliento que nos brinda la familia, los amigos, el trabajo o en mi caso la soledad exacta y única que me da mi hogar, ese lugar perfecto que he podido cuidar y conservar para mi seguridad y zona de refugio.
He vuelto a ponerle pausa a las emociones, el alto a las tentaciones y el olvido a lo que no puedo controlar y siento una vez más que la vida va bien. Voy cosechando momentos que son únicos como el presente e irrepetibles, voy encontrando en esas sonrisas y hasta en aquellos chismes infundados una razón mas para mantener mi propósito esta idea tan particular que desarrollo día a día a medida que las canas aparecen en mi cabeza.
Siento el olor del aire, de la lluvia, del frio, de este piso en el que puedo sentarme a conversa conmigo mismo en una tarde de jueves, estas que me propongo comer una que otra golosina y mientras miro la gente pasar desde el balcón agradezco una vez mas por estar aquí, en este momento de introspección y total plenitud de presente.
Los colores siguen siendo mágicos, el verde aun me cautiva y me invita en ocasiones a contemplarlo y ante la pasividad de mis dudas no queda mas que claudicar a la prisa que nos lleva la vida por ser, tener o estar. He permito que las hojas sean testigos de mi fe, que la tierra sane mis heridas cada vez que camino descalzo por el parque y aun que extraño la sensación de la arena en los pies se que en algún momento de este mundo imperfecto vamos a volver a coincidir.
Hoy es un día de pausa, para mi....par volver a mis fotos y el blanco y negro que hace que el color se achique de momento por que no encuentro mayor irreverencia que esta. Creo que es parte de sentirme vivo un día mas, de agradecer como el espacio va dando forma a cada una de las ideas que voy desarrollando mientras duermo, mientras escribo y claro que si, mientras callo.
Sigo en búsqueda de respuestas, sigo cuestionando sin juzgar el universo, los momentos y todas aquellas cosas que me dejan ser un humano imperfecto, básicamente por que quiero quedarme un tiempo mas aquí, en esta experiencia que apenas la he logrado sentir en libertad, en armonía con todo el universo y cada vez con menos humanos en mi vera.
Que paradójico se lee la ultima frase, pero en realidad de a poco los dedos de la mano no alcanzan para contar las conversaciones diferentes o esos humanos dispuestos a perder la vergüenza y el pánico escénico de ser auténticos y sin pretensiones solo sentir, hablar y decir lo que lleban dentro.
Un día mas para soltar todo aquello que no ha querido venir, quedarse, invitarse o colarse a este universo imperfecto pero tan lleno de verdad que he creado, un día mas para sentirme mas vivo y agradecer por este segundo con el que termino mi día