Sin mirar atrás

Abandonando la zona de confort

3/29/20252 min read

Otra vez, volvió a pasar, ese instante en donde mi cuerpo se agota y la energía llega a niveles críticos en los que dormir es una añoranza, mi cabeza a mil por horas, creando escenarios que me permitan liberar la garganta oprimida de tanto mirar un presente bañado de inseguridades, cuestionando todo y sintiendo algo de miedo en cada paso que doy.

Regresó esta sensación de incomodidad, recuerdos que colman las repisas de mi casa, las orquídeas dejan de florecer, caen sus pétalos y algunas y apenas me regresan a ver, algo se rompió, son señales que en ocasiones aterrizan esas expectativas de un cambio, de una ligera esperanza de que la calma llegue, pero a que precio?

Empece a sentir temblor en las piernas, dejándome llevar por la marea sin ganas de luchar o al menos esbozar un garabato de una nueva expectativa, una tan solo una señal de que las cosas podrían estabilizarse, mi paciencia al tope, mi juicio sin abogados y los argumentos para sostener la palabra cada vez mas débiles.

Entonces, vuelve a suceder, despierto entre las noches después de una fiesta mental llena de incomprensiones de mi hoy, motivo suficiente para parar el mundo, decir, no, basta, hasta aquí, no puedo mas, sin ego, sin vanidad, y lo mas maravilloso sin necesidad de soportar mas allá de lo que mi alma esta preparada.

Llega el día solo el segundo se presta y abres la boca,..... te eliges!, decides una vez mas ir por ti, a un espacio conocido, al lugar al que perteneces, abandonando la zona de confort que te da la certeza de un ingreso mensual a cambio de consumir tu vida, tus neuronas y sobre todo el amor que usualmente das a lo que haces.

Me marcho, decido dar un paso al costado con la certeza del deber cumplido, de haber dado lo mejor de mi y un tanto mas, como es mi esencia. Me voy con miles de elucubraciones, sensaciones, insatisfacciones por no poder comprender que hice diferente como para ser desechable, reemplazable y hasta calumniado por ciertos humanos que han visto en mi una guerra a la cual yo no estaba dispuesto a pelear.

El golpe es fuerte, por que mi alma en armonía no buscaba este final, jamás lo vi venir, lo sentí si, sabia que merodeaba, pero no de esta manera. Hoy quizás es un momento para detener el tiempo, volver a la respiración corta, caminar despacio, volver a nadar entre mis sueños, retomar el impulso, soltar todo aquello que ya.....ya no me pertenece.

Sé, en certeza que el universo tiene preparado mi siguiente acto, en un tiempo más estoy seguro que encontraré la caricia que mi cuerpo necesita, el reconocimiento pleno de mi ser en abundancia,  todo aquello por lo que soy y he venido experimentando, por ello elevo toda mi gratitud a la vida y cada una de esas personas que aportaron a esta toma de decisión, las libero de mi, las perdono, me perdono y avanzo entre rosales, mares y desiertos; me entrego en mente, cuerpo, alma, y ahora incorporo a mi espíritu a mi siguiente destino, pero lo suelto al mismo tiempo que lo espero.

Gracias, gracias, gracias.