Siempre es nuestro momento

Nos encontramos en las lecturas de un mobil, en la distancia de un primer abrazo y la incertidumbre para reconocernos.

8/23/20231 min read

Hablas y llenas el espacio de caos, revolviendo el universo marcando los segundos como horas.

Te leo, te siento, te escucho y empieza la guerra campal en mis sentidos para detenerte.

Pierdo el miedo y te miro, sosteniendo la mirada no mas de 20 segundos, es que es tan fácil derretirse en la fuerza de tu iris.

Sigo tus pasos, tus ideas y me pierdo en tus caderas, me desconcierta no poder apreciarte así completa y llena de ti.

Cargo la armadura y empiezo la batalla con la distancia, juego a las cartas con la razón y le digo que se calle a la intuición.

Me quedo solo en este instante, no tenemos un hasta luego, solo espacio para el hoy, el auto espera fuera.

Tan efímero se vuelve el encuentro que nos deja la sensación de confusión sintiéndonos mas ajenos.

Volamos lejos del presente, cruzamos mares, caminamos entre amigos y nos permitimos perdernos en la vida preguntándonos de tanto en tanto si respiras?

El tiempo pasa y se regresa de la huida, una historia es suficiente para decirnos bienvenidos.

Contemplo tus brazadas y encuentro en tu resistencia el camino para cruzar por el agua en calma pero compartida.

Somos tan distantes que podemos aceptarlo y a la vez tan cómplices en las pantallas.

En un instante abrimos la puerta y entre mapas de navegación buscamos conocer este destino.

Bailamos en diferentes tonos, la música nos suena diferente, apenas nos encontramos, es hora de irse.

Llenas de verdad, filosofía y carcajadas la mañana, respiro, se me han juntado los recodos.

Miro a la ventana y el azul del cielo me recuerda que las lagrimas aun no han secado.

Trato de ocultarlo, me quedo en dos vistos azules contemplando los girasoles.

Chao, hasta una próxima excusa.