Saber Reconocerse, aun a destiempo
El hecho de saber y no poder decirlo
4/4/20244 min read


Por lo general los días y la vida misma vienen con un sin número de momentos que se escapan de nuestra comprensión, tienen ese toque extraño de un olor conocido o unos ojos donde te viste reflejado, es esta parte del tiempo en el que reconoces lugares, aromas y sensaciones que te devuelven esa parte del aprendizaje puesto en pausa por no querer determinar un nuevo presente.
Es la manera mas sencilla de evadirnos ya sea por las distracciones del momento, estas que caben en la palma de la mano y nos teletransportan lejos de lo que tenemos cerca, abandonando el sentido de presente y de poder entablar una charla, una risa o un cuento que podrías empezar a construir sin tanto miedo de lo vivido. Encuentro muy particular esta sensación que me anticipa los momentos, las personas o en ocasiones los desenlaces, es una forma particular de advertirme de la vida y tal vés para recordarme ese hoy tan lleno de mi, de espacios e ideas que han ido profundizando un estilo de vida y maneras de sentir los minutos.
En ocasiones admiro la creatividad que tengo para en mi mente hacerme ideas sobre algo o alguien, creando un universo paralelo donde vivo esas cosas que en este plano terrenal no se pueden, no se dan o quizás no era o es el momento. Me cuestiono el porqué, la verdad lo hago, mas aun cuando he podido sentir mas allá de un segundo esa mirada, o ese tono de voz que me dice pocas cosas y que yo solo atino a contemplar.
Esto de coincidir se ha vuelto una observación constante para saber reconocer hasta donde, cuando, como y con quien lanzarme al abismo, y ese abismo no es otra cosa mas que romper esa linea roja que he creado para protegerme del estado del gusto, de la compañía o del amor y esto pasa básicamente por haber experimentado muchas relaciones en los últimos años que no han tenido una continuidad esperada.
Me llena de incertidumbre como se presentan las personas y las situaciones en mi vida, es como que poco a poco se va plasmando cada una de esas historias que suelo contarme mientras miro al techo o escucho música, esos libretos que he creado en mis fantasías y en los cuales aporto con cada palabra para que con el poder de la atracción algún día se manifiesten. Lo interesante ahora es que esta sucediendo de una u otra manera pasan cosas, personas, lugares, tiempos que me sacuden el presente y me empujan un poquito fuera de la zona de confort como para al menos pensarlo.
Me ha sucedido en este ultimo viaje, es totalmente extraño todo, pero lo que mas resalto de ello es esta capacidad que tengo de poder sentir sin dudar, es decir, no poner en cuestionamiento nada, sino, solo recibir palabras, historias y quizás hasta la indiferencia propia del ser un completo desconocido mientras intentas comunicarte y querer llegar, querer quedarte.
Solía pensar en esto de la reencarnación, de que las personas se re encuentran luego de estos acuerdos previos que hacemos antes de venir a vivir esta experiencia humana y es ahí cuando el cassette empieza a rebobinarse y reconocer olores, tacto, sonrisas esquivas y la increible sensación de no poder sostener la mirada a unos ojos que se sienten familiares, y no, no estoy siendo cursi o yendo al cliché de Hollywood, pero en realidad que bonita sensación es esto de querer conocer quién está detrás de aquello que se siente familiar.
A mi estilo, ese que tiembla con solo pensarlo, he vuelto a lanzarme al ruedo, así lo identifico, pero esta vez viene con algo de precaución que haciendo un tanto de reflexión a ratos la confundo con resignación, por que miro y observo acciones que se alejan de lo que podría ser apropiado para mi para este presente y recordando siempre que no se puede venir a desordenar la vida de nadie y mucho menos estar o querer pertenecer cuando no te han abierto la puerta.
Vaya dilema que me he planteado en mi cabeza, como es que en menos de 3 días y un par de horas, alguien se pueda quedar merodeando tus pensamientos, alguien que no conoces nada de nada pero que en el aire esta esa sensación de querer saber mas, actuar o intentarlo al menos.
Me leo a cobarde, me leo como que si estuviera interpretando un papel que me gusta pero que me da miedo y espero que me lo den leyendo, este juicio eterno de esperar el primer paso, de no saber si actuar enseguida y ser parte activa, acaso suena muy avezado? acaso estoy suponiendo la vida de alguien y esa es la razón para no hacer nada?. Recuerdo mis acciones de aquella noche, los momentos en los cuales había que decidir, actuar o ser simplemente yo para poder ser parte unos segundos y al finalizar me quedo con ello, con todo ese esfuerzo que vino de mi para poder estar ahí un par de horas cerca, pero lejos, con unas ganas increíbles de abrazar, de bordear la cintura sin ninguna explicación previa desviando mi mirada a unos labios que solo provocaban besarlos.
Y sí, de seguro esta será una historia mas de esas fantasías que vivo a diario con los pocos encuentros que tengo con gente nueva, con esas personas que llegan a mi vida, así por casualidad y que de seguro en algún momento podré saber si eran pasajeras o podrían ser parte de mis días, suelto y abandono la idea de ser, apelo a mi sentido de responsabilidad para conmigo, para con mi paciencia y mi auto cuidado de querer vivir y sentir pero sin estrellarme, sin crear expectativas.
Agradezco que se haya presentado este momento en el que decidí hacer cosas que usualmente no las hago, de lanzarme al verbo y al miedo de crear una conversación inútil o sin sentido por el solo hecho de conocer. A todos esos momentos en que me juzgue sobre lo que estaba haciendo con todo lo que eso implica y lo que este por venir.
Que si en un mañana la vuelvo a encontrar, pues que así sea, por un orden superior y con un propósito mayor como cada uno de los momentos que he empezado a construir y desear para lo que resta de mi camino en esta experiencia que siempre sabe bien, por que esta es otra de las razones para decir que mi vida va bien.