Resumiendo vida en armonía

Marcando el día cero

9/14/20244 min read

Los momentos auténticos los siento como el fuego, llegan a entregarnos esta sensación de calidez justo cuando mas frio hace, llenan de luz los espacios oscuros del perdón y del olvido, nos conquistan con el rojo intenso que atraviesa las pupilas para solo colmarnos de silencio y contemplación de cada segundo que se acaba sin apenas darnos cuenta.

Estos momentos de armonía se manifiestan en mi vida de la forma mas mágica posible,  sin duda de la manera perfecta y exacta, a destiempo, con muchas intensiones y propósitos que se revelan con el pasar de los minutos, pues he podido prestar atención a cada espacio nuevo creado y con ello me quedo con miles de recuerdos que ya no caben mas que en mis manos, mi cuerpo y mis pupilas.

Todo el mundo material se detuvo, las imágenes congeladas de un dispositivo que cabe en mi mano pasaron a segundo plano, se sentía como innecesario abandonar el instante pleno, hacía una relación como querer fotografiar a la luna cuando sabemos que tiene luz propia, pues así viví cada uno de estos momentos de vida que llenaron mis días de matices un tanto familiares, otros desconocidos y varios de ellos propios de un ser que va por la vida dejando huellas.

Escribía el otro día que todo tiene fecha de caducidad, me llegaba esta sensación de que un final estaba cerca, esta obligación innata producto del recuento de lo vivido, y que  por salud mental, espiritual, se va forjando en el día a día, este libro de respuestas que nos indica como prepararse para el adiós y todo lo que ello conlleva.

Sin duda ser humano y rendirme ante la vulnerabilidad de poder sentir al 1000% me golpea las neuronas de tanto en tanto para recordarme que dicha dualidad no existe en este momento de mi vida, no es que gano o pierdo, tengo o no tengo, somos o no somos, este tiempo de dicha plena me ha permitido aprender a esperar desde el amor,  ya no desde la carencia, desprenderme de todo aquello que no me pertenece, ese espacio de tiempo y de oportunidades de mi compañera de vida,  mas aun cuando el cariño y la admiración prevalecen sobre mis expectativas de un despertar nuevamente a su lado.

Cientos de preguntas sin respuestas rondan por la sala, sus aretes sobre el libro me recuerdan su presencia y es en ese instante cuando mis reflexiones mas profundas se manifiestan y bosquejan una realidad de ese mundo paralelo que acordamos, ese hasta pronto físico que nos ha llevado la vida misma a experimentarlo mientras contamos los kilómetros y reducimos los minutos de un día menos en el calendario.

Los parapentes han llegado como de costumbre el sábado por la mañana, no he bajado las cortinas y apenas puedo divisarlos mientras abro los ojos moviendo mi mano a ese costado de la cama ahora vació que me regresa al presente,  sin embargo no hay cabida a la nostalgia, solo el recuerdo que se complementa con esta ultima visualización de esa mañana en la que los viste por primera vez sonriendo sorprendida.

Hace calor como de costumbre, el balcón esta abierto, disfruto del viento, luego de comer mil calorías, visualizo como avanzas por la carretera, dibujando una nueva vida, llevando contigo 4 maletas donde has podido empacar toda una vida, como resumiendo un hasta aquí, un comenzar de nuevo,  con todos los juguetes, un par de libros y ese mat que será testigo de los momentos de fragilidad y sensualidad mientras te acompañas con meditaciones.

El nuevo espacio que has creado esta listo para decirte bienvenida, para ser testigo de nuevas experiencias, para acompañarte en los días de silencio, pero sobre todo, para darte cobijo cuando el reto empiece a desarrollarse, será tu lugar seguro, aquel donde esbozarás una nueva forma de sentir, esa que has decidido, que desde hoy ya se hace presente,  que es exactamente donde debes estar y que de seguro traerá todo aquello que el universo tiene preparado para tu bienestar.

La vida seguirá yendo bien, se expresará y se manifestará entre el interés del día cero, el día de hoy, el de mañana, el que está por venir, el que tendrá el mismo número permitiéndonos dejar a un lado la matemática exacta de lo perfecto de su resultado, de la estructura, de lo lineal, eso que nos lleva a rutina, a la monotonía, ese espacio ajeno a la voluntad propia.

Y si en algún momento, te preguntas lo que queda en este  lugar que fue parte de esta historia que apenas construimos, siente la certeza que también ha cambiado, se va transformando, va coloreando en sus paredes matices diferentes, esos que aprendimos, que coleccionamos y unos cuantos los visualizamos, queda consigo... siluetas dibujadas en los rincones, tiene olores y sabores que respiro en ausencia, sin tristeza, sin nostalgia, lleno de propósitos y metas, con varias ilusiones que abordan mis segundos mientras el reloj sigue su marcha, va dejando a un lado la impaciencia, aceptando esta mañana diferente, la tarde sin lluvia, la noche sin cortinas y el paso permanente de tu presencia.