Renunciar

No es un día normal como todos, sin embargo mis rutinas y limitaciones son constantes, leo libros y encuentro respuestas que hacen tanto eco a lo que es una realidad absoluta de este presente, de como la sociedad se manifiesta, vienen a ser en parte como una corroboración de lo que es, vamos bajando las persianas para que el acto termine y con ello quizás se escuchen aplausos o murmullos sobre lo que se ha experimentado mientras las escenas de la vida fueron desarrollándose una por una.

Aun teniendo la capacidad de crear magia en este universo, de permanecer conscientes y en comunión con una idea, una filosofía de vida, entiendo habrá momentos en los que se deba renunciar, hacer una pausa prolongada de todo aquello que en convicción acompaño mis emociones, mi forma de sentir la vida, pues la información fruto de los resultados y experiencias vividas durante estos años, es mas que elocuente.

En ocasiones quisiera solo desenchufar todo, como la luz que es escasa en nuestro país, dejando que la oscuridad haga su parte y jugando con el aburrimiento que algo se transforme en mi interior y pueda ver todo aquello que hoy me es esquivo, ser parte un mundo dormido es algo impresionantemente complejo de asimilar o talvez no he podido aún desarrollar esa inteligencia emocional que permita aceptar como es lo que sucede a cada segundo, avanzar y no cuestionar, tan solo avanzar.

Vivir estas sensaciones me invitan a reflexionar un poco mas, a encender un lado oscuro de mi personalidad, como queriendo ser parte de lo que no soy parte, tan solo para poder experimentar y comprender la fragilidad de las emociones, lo instantáneo de los momentos, no tener finales en los cuentos por que son de un solo día, de media página o de aquellos que podemos volver a leer si es que nos llegamos a aburrir.

Casi nunca suelo claudicar, he sido muy perseverante en la vida, con algo de testarudez podría identificarme mejor, y ello me ha llevado a pelear cada una de las batallas en las cuales he decidido poner mi atención, mi interés y mi pasión por hacer que las cosas pasen. En dicho camino pues claro he tenido que soportar subidas y bajadas, ya no quiero usar adjetivos que definan algo que sea dual, que encasille un resultado como a o como b, si no siendo el de siempre una S.

Estos días han sido particulares, si como todos, lo se!, pero en mi cabeza ronda esta idea de renunciar a esta parte de mi ser que me ha llevado a estar una y otra vez en constante adrenalina, y ansiedad, la información.... lo que he podido palpar de la gente que tengo muy cerca, me resulta mas que aterrador, es solo entender que vivimos en un espacio plagado de mentiras, llamadas interpretaciones o perspectivas, se ha vuelto tan común hacer cosas que parecen A, pero resultan ser B y cada quien con su idea inmejorable de vida, la acomoda en la casilla mas conveniente de ese instante, de ese momento.

El interés constante de parecer se envuelve, se seduce entre fantasías de poder, de tener, de conquistar espacios llenos de mucha admiración, de ser reconocidos como alguien que en nuestro imaginario proyectamos y que en ocasiones lo conseguimos, debo aceptar que es parte de esta experiencia que es así como la vida se desarrolla y mientras permanezca en este espacio las vivencias son esas.

Al fin de esta fugaz reflexión y con un poco de dolor de cabeza, empiezo por la única persona con la que puedo debatir y controlar que soy yo mismo, me reto no como un objetivo sino como un proceso de re aprendizaje de lo que sé, de lo que siento y de lo que transmito día a día en mi vivir, abandonaré ciertas ideas y conceptos establecidos que tengo de la vida, del trabajo, del dinero, del amor, renunció a estos puertazos que azotan mi paz interior, esta manera perfecta que ha tenido el universo para voltearme una vez mas el espejo, para empezar a obrar y sentir este presente manifestado, pese a que lo comprendo poco es lo que debo sentir, renunciando así a las ideas que hice de mi mundo paralelo que termino hace poco, segundos atrás mientras consumía la ultima vela color naranja.