Que si he sanado?

de tiempo, de historias

9/7/20244 min read

Las conversaciones por mas random que sean, van delineando en ocasiones expresiones, deseos o voluntades que se vuelven un tanto repetitivas entre tanto humano que nos rodea. Reflexionaba profundamente sobre ello y como vamos emitiendo juicios de valor en base a la poca información que solemos recibir ante la evidencia de un juicio, de un escrutinio o simplemente una manera sutil de negar nuestra existencia pasada, aquella que desordenó todo con voluntad propia y ajena.

Nos sobra la osadía de pedir al universo, dios, buda, shiva, jebus, quien sea que nuestros caminos compartidos sean un tanto mas llevaderos, de la forma precisa en la que nuestra conciencia actual nos invita a discernir sobre el pasado y como podemos en teoría evitar un poco mas de desmadres a un mañana incierto pero anehelado.

Las charlas van y vienen, la gente se presenta con trajes de gala, de luces y aveces en modo gamin, pero al final de todo ello que mas da! y esto básicamente por que nuestra mente esta dispuesta a escrudiñar en los detalles, en esos sabores del café que de a poco se enfría por que la matemática básica ya tiene un resultado. Llegamos a conclusiones con tal seguridad que todo aquello que la mente y la razón han determinado que sea desechable o peligroso, siempre tenga una fecha de caducidad.

Activamos las alarmas como a la defensa de un posible ....algo puede suceder, delineamos los planes de escape, gestionamos los riesgos de manera eficiente y así la vida colorea arco iris de certezas, de tranquilidad y de impertinencia total, la que nos permite abandonar nuevamente el que hubiera sido.

Los relojes nos alertan la llegada de la calma, pues la mente ha parado de pensar ante las decisiones ya tomadas, hemos ganado al juicio y nuestro criterio prevalece ante lo incierto, lo desconocido y cada uno de esos espacios que por segundos vinimos a llenar para luego marcharnos con una pieza del rompecabezas de vida de alguien mas, sin tan solo saber si la necesitarán o no, hoy por la mañana.

La impresionante imaginación para los amantes del riesgo complementa el abandono, todo se multiplica, se suma y se divide para uno, ese, aquel número seguro, el que nunca falla, el que sabemos que siempre estará ahí para protegernos, para recordarnos que la vida es de bienvenidas, idas y despedidas, de irreverencias e inquisiciones como pasajeras del destino.

Sigo descubriendo en las palabras, en los gestos, en la vida misma de otros distantes como hacer de mi camino, un lugar sin juicios, sin interpretaciones a las ausencias, dejando pasar por la puerta grande de mi casa al recuerdo, para sentarme a tomar café con él, como una forma de encarar un capítulo que creía superado, pero ante tanta evidencia no me queda mas que enfrentarlo y hacerme la pregunta que a todos les gusta escuchar, como si la respuesta trajera certeza o disminuyera el riesgo para algo, para alguien o para dar esa tranquilidad que quizás la elocuencia manipule el momento. 

Que si he sanado?, y la cabeza explota con miles de preguntas adicionales, de que ? como ? para que?, como saberlo, como sentirlo?. Voy desarrollando una por una las repuestas a destiempo, imprecisas, con recuerdos, con momentos, con mas dudas que certezas ante la inevitable forma de ser humana que llevo conmigo, esta que escapa a la realidad tirana mientras sirvo otra taza de café para poder encontrar las respuestas que no convenza a nadie mas que mi mismo, aunque con ello implique soltar, renunciar o abandonar a las mariposas que posaban en mi mano un día como hoy, como ayer y como siempre.

Creo que en ocasiones, he confundido el olvidar con el sanar, fue como poner una pausa a todo aquello que se escapó de mi control, de mis emociones aceleradas, todas esas veces que no tuve la oportunidad de respirar hondo y cuidar de mi espacio diverso lleno de 2 que siempre quise. 

He confundido el sanar, con el huir, dejando todo, marchándome de la vida que conocía como para que mágicamente un nuevo lugar, un nuevo aroma o calles repletas de vacío pudiesen acompañarme en el luto de lo perdido, pretendiendo que el silencio del desconocido junto mío en el avión, tomase mi mano virtualmente para ofrecerme un poco de consuelo.

Que si he sanado?, que si ya no vuelvo a sentir vacíos, miedos o inseguridades, en este instante del camino, todo es relativo, voy por la vida experimentando sensaciones y emociones al paso de los semáforos, olvidando la luz amarilla de seguro pues sigo siendo todo o nada, sigo recorriendo muslos y latidos mientras derrito las pupilas, mientras apago otras voces y silencio algunos textos.

Que si he sanado?, cuan enfermo he estado!!, como todos estos dramas existenciales de la vida pueden afectar a otros, como hacemos para demostrar que el check list de aquellos lo aprobamos, donde esta el simulador virtual para ir repasando las preguntas y poder tan solo conseguir la aceptación que tanto anhelan.

Que si he sanado? como responder sin vacilación alguna, como callar al miedo que grita de hambre en mi estomago cada vez que me inundan los recuerdos y situaciones de momentos ya vividos, ese..... yo ya estuve aquí, que aparece entre dos lineas azules, alimentando la incredulidad del momento.

Que si he sanado?,..... si tan solo pudiera borrarlo todo y pretender que siempre será una primera vez, con total inocencia de presente que ningún verbo se conjugue, con estas ganas de volver a creer en las palabras, en lo que leo, siento y multiplico.

Que si he sanado?, ni las metáforas que me acompañan tiene la osadía para responder, para convencer o para dejar un espectro de luz tenue que me permita recordar un poquito de la historia, como para confrontarla y así, valientemente aceptarla y poder finalmente responder una y otra vez.

Que sí, he sanado!