Por que nos incomodan tanto ciertas verdades?

Esa extraña sensación de sentirnos juzgados o atacados

1/6/20244 min read

Un café siempre es la excusa perfecta para poder reunirse y conversar de la vida, pero nos detenemos a pensar con quien lo hacemos? El tiempo que vamos a invertir de vida, en conciencia y en mi caso entregando lo mejor de mi en cada plática sin pretender ser dueño de la verdad o inducir a que alguien piense como yo, se ha vuelto una tarea de análisis previo y post conversaciones.

Los temas son muy muy variados, pero siempre denotan que existen en cada uno de nosotros un mundo de miedos, frustraciones y sensaciones que nos obligan a defendernos! de que?, pues muy pocos lo analizan, pero este ánimo de tener la verdad o sentirnos vencedores en una conversación o temas neurálgicos hace sin duda que podamos conocer mas de la otra persona de forma no intensional, es decir, las reacciones, las actitudes y como se puede abordar una verdad incómoda, es lo que hace que ciertos rasgos de nuestra personalidad salgan a flote.

Hablar es una de las tareas mas fáciles pero mas controversiales a su vez en esta sociedad, nos encanta hablar, objetar, cuestionar, pero muy poco escuchar. Y creo que la base de todo esto es lo segundo, saber escuchar puede ahorrarnos un sin número de malos entendidos, ya no existe la reacción impulsiva de solo decir lo que pensamos si no primero comprender lo que acabamos de escuchar de personas que en ocasiones ni siquiera las conocemos bien como para poder tener la osadía de dar un comentario, opinión, sugerencia o lo que fuese que se nos ocurre para participar activamente en la plática.

Me he dado cuenta que con el tiempo el silencio también es la clave, se puede mantener una conversación hasta un determinado momento, ese en el que se sabe que no tiene un fin común de comunicación sino de lucha por super poner una idea, creencia o cualquier aspecto que lleve a querer tener la razón, la verdad o las respuestas de forma automática. Y esto lo entiendo básicamente por que todos queremos de una u otra manera aportar en la vida de otras personas, con nuestro criterio o experiencia de la vida, sin embargo cada día me doy cuenta la falta de interés en tratar de analizar un poco mas la información que recibimos, y esto me permite introspectar mas sobre mi vida, mis decisiones, como llevo mis segundos y que es lo verdaderamente importante para mi y el espacio que estoy creando hoy por hoy.

No me creo dueño de una verdad en absoluto, pero comparto lo que llevo dentro, sin intensión de poseer, sino tan solo de compartir dicha información, ha sucedido que con ciertas personas estoy algo demente, loco, falta de humildad, cero filtros, muy directo, en fin todos esos adjetivos que hacen que al abrir la boca la otra persona haya necesitado anestesia previa para poder oír y es en ese momento en el que me cuestiono mi permanencia en la conversación y hasta en la vida de dichas personas, por que existe el otro lado también, en el cual la receptividad es mas ligera, no es a la defensiva, se escucha y lo que resuena se queda y lo otro se va, sin cambiar mi actitud ni juzgar a la otra persona por lo que acaba de decir.

Que importante es para mi forma de sentir, coincidir con gente que este con las manos abiertas y la guardia baja para hacer vida y compartir, esa que puedes tener muchos temas de conversación triviales o polémicos pero que en el fondo sabes que quedarán ahí, en una idea o forma de vida independiente que no afecta la mía, ni mi pensar, ni mi sentir. Quizás esto se lo puede hacer con personas que llegamos a tener un conocimiento previo de quienes son y a donde van, es esa parte de la vida que esta en armonía y que no necesita que nadie venga a revolucionarla por que en conciencia total y plena ya sabemos lo que somos y como somos.

El tiempo que pasamos en la vida justificando nuestras decisiones, errores u omisiones son válidos pero en algún momento estos deben parar por que el presente es el segundo que acabamos de respirar y con el se pueden ir muchas cosas mas importantes, he sentido que en ocasiones el solo aceptar lo que ya pasó es reconfortante, no darle mas vueltas a lo que pasó sin nuestro control o comprensión de momento, sino, avanzar en ese tema sin dejar de analizarlo, lejos de la obsesión con ese espacio que creamos para decirnos sin reproche por que hace tanto ruido en mi este o aquel tema? que hay de cierto en lo que acabo de escuchar, ver o sentir.?

La vida es efímera y nos pasamos gastando tiempo de vida por tener cosas, por ser perfectos, por encajar en un modelo de sociedad que nos consume y nos lleva a ser iguales sin reflexión, sin ese análisis previo de que es lo que estamos haciendo de la vida para poder aprender, evolucionar.

Tenemos una falsa idea de individualidad que nos consume el autoestima y sabotea cada uno de los intentos por encontrar la estabilidad que algunos la llaman paz, por que la felicidad esta presente de forma inconstante en cada día, en ocasiones desaparece pero puede volver sin aviso. Mientras tanto que la paz, esta ahí para decirnos pase lo que pase todo estará bien, lejos del cliché, alejándose de esa falsa esperanza de que mágicamente algo cambiará el rumbo de la vida de cada quien.

Hoy por hoy luego de una semana de enero inicial llena de actividades, personas e historias, puedo sentir que la vida que llevo esta bien, tiene muchas cosas que pueden darme esa paz que estabiliza mis respiros y que de seguro con los pasos pequeños o gigantes que doy podré mantenerla así, siento que hay personas que deben estar y otras que no, que los tiempos son perfectos y una vez identificado su importancia puedo permanecer y coincidir con ellas mientras compartimos la vida y los momentos.