Persistir, reaccionar, actuar

Desde la convicción de estar vivos

7/27/20243 min read

Cada vez que miro un árbol, lo encuentro tan imponente, tan lleno de perseverancia y firmeza, llego a sentir esa energía que hace permanecer presente ante tanta resiliencia, allí de pie, en ocasiones sin agua, una barrera contra viento y unos cuantos humanos que van dejándolos de lado, utilizándolos por interés o conveniencia.

Me deja esta sensación como una metáfora más de la vida,  como ejemplos y espejos mostrándonos varias versiones, algo adicional para poder comprender un poco mas lo que podemos ser capaces de soportar. Lo asocio con el día a día, con esos momentos que no podemos llegar a comprender el por que de muchas de las adversidades que tenemos que atravesar, espacios creados para caotizar un poco nuestra mente y poner a prueba los sistemas de creencias y todo aquello que nos dice un orden universal es válido para evolucionar.

Somos tan llenos de creencias, mitos y hasta cábalas que solo pretenden justificar los anhelos o esos espacios de tiempo e ilusión que llamamos sueños, una pulsera de color rojo con un ojo turco para protegernos de las malas energías, abrazamos los arboles para dejarles todas esas malas vibras y nos bañamos en agua de cascada para dejar ir en esa corriente todo aquello que ya no aporta.

La llaman madre naturaleza, la que origina el todo y la mayor escuela que tenemos para descubrir el propósito general de la vida, siendo tan única y tan llena de verdades incomodas esta aquí por doquier para aportarnos reflexiones profundas, instantes plenos de libertad absoluta, es que solo basta caminar descalzos por la hierba, sentir la picadura de un mosquito ya no es fastidioso cuando llegas aceptar que es tan solo parte de esta experiencia.

Nos descubrimos entre pruebas, errores y nuevos comienzos, sometidos ante la sociedad y su estructura de horas, resultados y valoraciones que nos encasillan entre adjetivos,  colores y formas que en algún momento se convirtieron en tendencia, somos partes de un show mediático comercial abusivo que pretende llenarnos las pupilas de alguien mas, de otras sensaciones, de lugares distantes y comidas insípidas , bebidas alucinantes y una que otra celebridad.

Vivimos tan desconectados del presente que se nos escapan las horas en el pasado, en los recuerdos, conmemoramos los años de algo que sucedió y lo hacemos entre nostalgia y aveces resignación, pulimos nuestro hoy entre estados y visualizaciones, esperando que un par de valientes se atrevan a pasar de un like a un comentario, como si  con ello lográsemos ser vistos con atención.

El mundo gira a una velocidad que no podemos sentir, solo transitamos por segundos que se consumen en nuestros relojes biológicos, el tiempo se vuelve mas efímero, desaparece la culpa de un postre, de una bebida o de un encuentro furtivo indebido con una sola consigna, la vida es ahora y es la razón suficiente para lanzarse a un abismo e intentar hacer lo necesario para sentir que estamos a la par de la vida.

Somos los protagonistas de la vida de alguien mas, sin saberlo pasamos a ser el centro de una conversación ajena a nosotros, a nuestra comprensión, a nuestra presencia, desde lo consciente descubrimos que nos gusta hacerlo y cada vez mas sentimos que es parte de esta cotidianidad envolvente de momentos distantes. 

Siempre llegará el tiempo de reaccionar, de tomar el control de la vida, de la nuestra, la única que podemos transformar o evolucionar en base a todos esos sabores que los momentos nos permiten sentir, cada vez mas importante es tomar decisiones, sean cuales fuesen, pero hacerlo, actuar de inmediato para callar a la incertidumbre, para controlar la ansiedad y hacer las pases con el reloj de arena que se ha llevado todo aquello que no pudimos ser, estar o sentir.

Adaptarse, es la palabra que he repetido varias veces esta semana, descubriendo sus diferentes tonalidades, con agudos que sacudieron mi paciencia y varios graves que me devolvieron un poco de sensatez en mis decisiones, algo de humanidad en momentos de frustración y como resultado ciertas evaluaciones para pretender medir conocimientos y grados de compromiso de quienes no tienen otra salida mas que aceptarlos.

El café frio sabe igual que ayer, he vuelto a comer ese postre que tanto disfruto y mientras escucho a mi amigo desahogarse de todo aquello que entre semana no tiene un eco en entorno, me detengo y analizo un tanto mas mi estado emocional, profesional y hasta económico, me he comparado y dado un par de palmadas en la espalda por el camino recorrido, por esta tranquilidad y certeza de que la vida sigue yendo bien, que todo lo que ha llegado a mi, no es mas que fruto de mis decisiones, acciones y repuestas ante los respiros acelerados que marcaron mi ayer.

Quedan un par de preguntas existenciales que resolver, que buscar el origen....las quiero comprender realmente básicamente para callar el cuestionamiento, en esta búsqueda constante de la paz mental, del sueño profundo y la introspección armónica de un día más que acaba de finalizar.