Palabras a destiempo

Lo que nos faltó decir

8/13/20232 min read

Si el tiempo ha hecho lo suyo y nos ha dejado solo los recuerdos furtivos que de vez en cuando pasan por mi mente, o quizás cuando recorro aquellos lugares donde solíamos hacer una vida, mira que eran tan irrelevantes y ahora se convierten casi en melancolía.

No supimos decirnos adiós, basto un abrazo de buen viaje para decirnos hemos llegado hasta aquí, una carta y las palabras entre cortadas que no dejaban comprender si te despedidas o querías decir algo más.

La vida nos pone los caminos ahí, justo a lado de la tentación de volver a ser, de volver a esas practicas de ser, hacer esas cosas que nos apasionan, que las apagamos para crear una vida, ahora en plena libertad solo el celular es testigo en lo que nos convertimos.

Nadie nos conoce más que nosotros mismos, somos dueños de la otra verdad, esa verdad que no se sabe decir, por miedo, vergüenza o por que quizás esa verdad nos haga volver a ver y querer recuperarlo todo.

Los días son así de mil colores, de varias sensaciones y entre el trabajo, los amigos y las historias vamos retomando a la paz que abandonamos el día que decidimos en nuestra supuesta conciencia crear un universo paralelo, llamado hogar.

No quedan mas que un par de personas que son testigos de nuestros presentes, de como intentamos llenar los vacíos que nos dejamos al marcharnos, todos esos que queremos negar para que en teoria no duela.

Hemos encontrado la formula perfecta para simular una vida normal y estable y esto principalmente por que creemos haber sentido lo suficiente como para dedicarle un par de silencios adicionales.

Quizás no volvamos a saber el uno del otro, quizás la vida nos traiga de recuerdo en algún momento, mientras tanto nos volvemos expertos en evitarnos, en dejar que el adiós se consuma y la vida nos lleve por diferentes caminos, vaya que valientes hemos sido al tomar la decisión de no hablarnos mas!

Valientes por que nos elegimos, por que la pareja como tal ya no se sostenía en mas que incertidumbre y desconcierto ante la presencia del ser y el llamado amor propio.