No has tenido el valor

De quedarte, de estar y de ser a tiempo completo, por que la vida nos hizo así de diferentes que no pudimos reconocernos a tiempo para poder comprender que era lo que queríamos uno de otro.

La vida se nos fue entre buenos aires y el Cairo en un solo respiro, no pudimos permitirnos coincidir en esos placeres de la vida que parecen efímeros pero que al mismo tiempo son únicos e impermanentes.

Nos sabíamos tan distintos desde el día uno, que al llegar al 300 no pudimos diferenciarnos y apreciarnos de manera tal que podemos encontrar las respuestas a todo ese que nos hacía tan diferentes.

Ahora con 180 días posteriores la vida sigue intacta para cada quien, con nuevas vivencias otras pasiones y sobre todo ese espacio que tanto se extrañaba con sabor a individualidad.

La vida no es la misma sin nosotros, sin todo aquello que era nuestra costumbre de ser y hacer en el día a día, hoy las páginas se escriben diferentes se sienten sin nostalgia, sin esa incertidumbre de saber lo que seríamos.

Ya nada queda de todo ello, quizás un par de recuerdos que nos permitan sentir melancolía de lo que fue o emociones de aquello que hizo vibrar el alma en su momento.

Recuerdo ese adiós así si más, solo con la certeza que se nos abandonábamos sin esperanza, sin un mañana ni nada que pueda en algún momento volverte a sentirnos.

Las ciudades, los países la vida son eso, los instantes que recorrimos de la mano entre fotos y recuerdos, el sonido del violín a lo lejos y un gracias postergado.