No es un para siempre
Puede haber un final
10/5/20242 min read


Solía pensar en lo infinito en lo eterno y toda esta historia de querer repetir una y otra vez cada una de las sensaciones que arrebatan la razón y dejan que la dopamina gobierne hasta el más mínimo de los suspiros.
Siempre soñé con un para siempre y con ello me identificaba como tal, no quiero decir que ya no lo sienta de esa manera, al contrario me identifico como un para siempre, sin embargo entre tantas vivencias y ocurrencias que el universo me ha permitido experimentar voy como redefiniendo este concepto mientras aprendo, acepto y confronto cada uno de los momentos que cuestionan mis afirmaciones.
Me redescubro entre retos y sensaciones de otros aires, de otros ojos y manos que bordean mi rostro para contarme una idea diferente del espacio que creamos mientras revivimos esas llamas extinguidas.
Me contengo, me abstengo y me limito a caer en tentaciones del pasado en esas ideas absurdas que pasaban solo en mi cabeza ante lo incierto, ante la crisis existencial de abandonar mi zona de confort o cada una de esas ideas que jamás llegan a suceder más allá de mi inconsciente.
Acá sentado en el avión, este lugar que a recorrido miles de millas conmigo, el fiel testigo, cómplice y encubridor, el que me permite reencontrar un camino cada vez que he dado vueltas de campana, rodando entre colinas, restaurantes y pasillos para mostrarme un espacio reflexivo lejos de ese aire que confunde mi camino.
Tanto para dar constantemente ….me lleva a destinos anhelados, más no predecibles, la libertad de ser, estar y sentir….me entregan estos momentos inolvidables, mientras voy comprendiendo que son solo eso….momentos ….que no pueden ser pretendidos para siempre ….el siempre, quedará en mi mente, mi cuerpo y mi alma, aceptando la voluntad divina de dejar ir el mañana, enfrentándome así a este sistema de creencias que puede llegar a arruinarlo todo, aprendiendo en conciencia amar en libertad, soltando el apego pese a la lucha constante con el ego.
Recorrer el mundo es la parte de mi vida que más disfruto , es el caminar constante que me permite conectar con ideas, historias y recuerdos que vienen a contribuir estas dudas que pueden atravesarse de vez en cuando, precisamente fue una charla de estas que me lleva a pensar en un posible final de todo, como parte de la experiencia humana per se. Esta forma que debemos desarrollar cada uno para soltar todo aquello que no nos pertenece, aceptar que la vida acaba y siendo así, todo lo demás tiene el mismo color, quizás prepararse para aceptarlo es el reto, un tanto alejado del desapego, sino más bien como parte de la evolución como ser humano, en la cual de pasar dicha experiencia la sabemos sentir sin destruirnos o pretender que nada ha pasado.
Al final nos queda respirar cada segundo como el último, si no es un para siempre, que ese siempre sea solo el espacio que acaba de terminar mientras vamos a la cama y anhelamos con despertar un día más, para en un supuesto no consentido, tengamos la fortuna de empezar de nuevo en la mañana, una oportunidad más para ser, estar y parecer todo aquello que pregona nuestra boca, lo que manifiestan nuestras decisiones y materializan nuestros actos. Ese siempre será solo el ahora.