Los reencuentros, las historias y el presente
Pasan los años y cada quien escribe un cuento diferente en la vida
11/1/20232 min read


En estas épocas digitales en las cuales se nos es fácil de cierta manera poder reencontrarnos con la gente de nuestro pasado, es bastante entretenido como solemos olvidar nombres, caras o gestos de esos que alguna vez fueron parte de nuestro día a día y por que no de esas historias que escribimos años atrás.
He tenido la oportunidad de presenciar reencuentros digitales, así como físicos con compañeros de la escuela, del colegio de la universidad, me resulta curioso como con el pasar de los años muchos de ellos mantienen intacta la esencia o ese recuerdo que tenemos de su forma de ser, pensar y hablar.
Siempre hay esa parte donde el ego nos llama a sobresalir pensando mayormente que el llamado éxito económico es lo que mas puede llamar la atención, la ropa, el coche, la gran casa o la universidad de los hijos, pretenden darnos cierto nivel o relevancia en la conversación, siendo que en ciertas almas estos indicadores pasan por desapercibidos.
Nos miramos la foto y pretendemos adivinar cual es el estado civil, que tan bien o mal les ha tratado la vida, como ha envejecido o como no han pasado los años en esas personas, volvemos a caer en la valoración matemática del juzgamiento mientras leemos cada mensaje que llega sin sentido o con algo de vergüenza, en realidad no sabemos determinar exactamente como es la vida de aquellos desconocidos.
El tiempo nos viene bien de seguro para volver a recordar quizás esas facetas de nosotros mismos, el recordarnos a través de los relatos de aquellas personas que veían algo de nosotros diferente a lo somos o sentimos hoy.
Al final seguimos siendo esos humanos que en cierta parte de nuestro ser buscamos aceptación del resto en cada historia que contamos de nuestro presente, en cada justificación que damos a cada uno de los pasos que hemos tomado en este trayecto, sin siquiera recordar que a muchos de esos oídos nuestra historia no les interesa, quizás es una para conversar entre otros amigos y de la cual ser juzgados, analizados o hasta criticados.
Pero hay de esas personas que son únicas, que cuando las volviste a sentir, están ahí como la última vez que las recuerdas en cualquier pasillo o despedida de grado, con las que puedes tener una conversación sin las expectativas de caer bien o mal, siendo libres de expresarse y sin pretender demostrar quien no eres.
Vale vivir estos momentos, reencontrar en nuestra imaginación esos lugares donde alguna vez compartimos la vida y las ideas, ser parte de un nuevo capitulo de la vida de aquellas personas que hacen magia solo con la presencia, darse esa oportunidad de volverse a encontrar y tener esos amigos que por causalidades del destino llegan a ocupar un pedacito de presente de forma inconsciente.