Los primeros atisbos de amor

EN EL JARDIN DE NIÑOS A LOS 5 AÑOS

Desde muy pequeños estas sensaciones se descubren, tuve la suerte de recordar el gusto que llegue a sentir por dos niñas, estaba con mi primo lo cual hacia más fácil la conquista entre dos podíamos ahuyentar a los demás niños por decirlo así.

En el jardín de infantes es algo mágico,  primero te entra el gusto por tu maestra, algo así como en carrusel por la maestra Ximena, telenovela de mi época de niñez donde se plasma este ejemplo.

Quizás es porque es la mujer que ya no es tu mama y en ocasiones ese ser se vuelve sublime porque te enseña con dulzura.

¿Pero digo, será que está en nuestra naturaleza? Por qué no recuerdo que mis padres me hayan dicho que me iba a gustar las niñas desde ese entonces.!!! Ahí es cuando me pregunto qué pasó, porque la verdad, desde ese entonces empecé esta aventura de ser Don Juan y tuve mi primera tomada de mano por esa niña, tuve aventuras de ser suspendido en el jardín por jugar a los piedrazos con los niños por la conquista de aquella niña. Vaya que buenos recuerdos me trae.

Si reflexiono un poco más es increíble como puede pasar que en solo 5 años de vida ya empiece a buscar eso que se llama amor, luego entiendo que vinimos así, complementarios buscando siempre tener esa compañía que te permite jugar y compartir.

No creo que sea raro este tema o que pueda estereotiparme al decir que desde ahí ya se notaba que iba a estar de casería o buscando niñas o situaciones similares. Prefiero pensar que sabía que sería un buscador incansable de esos sentimientos y sensaciones que hasta el día de hoy estremecen todo mi ser.

LAS PRIMAS DE LOS PRIMOS A LOS 7 AÑOS

Mis siguientes recuerdos sobre la búsqueda del amor, fue con las primas de mis primos, ya estaba en la escuela bordeaba los 7 años y en casa la familia de mi padre era numerosa vivíamos todos en una misma calle un conjunto que mi abuelo regalo a sus 8 hijos, ya podrán imaginarse como eran esas fiestas.

Pues entre cumbias y tragos como era costumbre tiempo atrás, los niños tenían que ¨ir a jugar¨ hasta altas horas de la noche, total no importaba los papas estaban de fiesta. En estas fiestas siempre había los invitados extras que usualmente eras familias políticas de los tíos, ahí es cuando aparecían las PRIMAS, me da mucha risa el solo recordar por que se me hace como que fuera ayer, mi primo mayor con un año para mí, sabia más de la vida, se imaginan a sus 8 años ya tenía claro que teníamos que hacer, pues se las ingenió para que podamos estar con ellas y entablar juegos, aún recuerdo como marcábamos territorio, tú a ella yo con ella.

En ese entonces lo máximo que podías llegar a querer era un roce de manos o un beso en la mejilla al despedirse y así pasaban las reuniones... nos volvíamos a encontrar, pero nunca nada llego a suceder, nada mas allá de un molestarnos diciendo…”se gustan”, “van a ser enamorados”. Si... en mi época no existía lo de hoy, novios de una ….noooo!! primero era enamorados.

Este capítulo lo que pretende es seguir demostrando que pese a la corta edad algo dentro de nosotros los hombres se despierta ese instinto de conquista, para esas fechas el más sano posible, ya que no veíamos si es alta, gorda, flaca, color de ojos, no…..quizás solo bastaba que te sonría, que quiera jugar contigo, es que los niños son así, no se conocen pero se miran y dicen “quieres jugar” todo lo demás ya sabemos cómo termina.

Como anécdota me queda recordar que aquellas primas, luego de muchos años nos volvimos a encontrar y para mi sorpresa seguían teniendo esa química que atraía cada parte de mí, lamentablemente por las circunstancias de la vida, inalcanzables.....todos con vidas hechas y motivos suficientes para que ella se mantenga en ese lugar del "que hubiera sido".

Y si hoy fuera algo así reflexione, como cuando solo coincides sin estuches, sin pretensiones extras de tener un gusto físico, intelectual, material o sexual por alguien?, esa química que alguna vez en la niñez llegue a sentir, sería maravilloso concluyo y dentro de esta resolución me planteo de la misma forma tener esta mentalidad retro o vintage que me permita regresar en el tiempo y mirar lo que ya no, sentir lo que se esconde y así permitir que la vida regrese a ese lugar, ya con una mentalidad diferente.