Los días son
Quizás una colección de momentos diversos, indistintos y a su vez efímeros
10/1/20233 min read


Que realidades tan diferentes que vivimos cada uno de los humanos en esta experiencia de transitar sobre el planeta, nada es igual ni parecido, es todo indiferente y único a la vez.
Sabemos tan poco de la verdad del segundo que acá de verse que solo podemos suponer risas, llantos, indirectas o quizás ligeras frustraciones consumidas en un relato mal contado.
Somos capaces de sentir lo que realmente nos quieren transmitir? que hay detrás de todo esta imagen borrosa, llena de interpretaciones que vienen acompañadas de sarcasmo o heroísmo.
Amaneces y te cuentas con mensajes de ánimo, optimismo y básicamente de agradecimiento quien sabe a que no mas, pues somos tan diferentes que desde dios, universo, perros, gatos, comida......todo es viable para agradecer.....sin embargo al pasar las horas, todo cambia como la vida en si misma, te encuentras con chistes, bromas, sentido de la inteligencia vulnerado, hasta caer la noche y volver agradecer por regresar a casa entre canciones, comidas, la luna y claro que si el trafico cotidiano.
Salgo al balcón y las ventanas se llenan de colores, camas arregladas, cortinas arriba y todos listos para empezar una vez más este camino incierto de vivir, de hacer actividades ya programadas, seleccionadas desde hace tiempo ya quizás, pero eso si todos con la duda de lo que nos deparará el destino.
Qué es lo que nos motiva a diario para continuar? que es ese chip que se activa en cada uno de nosotros para sentirnos vivos en plenitud, dejando a un lado todo aquello que es irrelevante al sentir, me refiero a la superficialidad de las cosas, de seguro cada uno de nosotros ya ha encontrado ese no se que, que hace que cada día emprendamos un nuevo viaje sin destino cierto solo lo ya conocido por nuestro cerebro.
Vivimos la vida como que fuera el ultimo día? o con la certeza de que mañana si habrá otra oportunidad de sentir? No lo sé la verdad, quizás a veces la adrenalina del momento, de los retos, quizás a veces del alcohol o las drogas y entiéndase por drogas también al odio, amor, y todos esos sentimientos a los cuales nos hacemos adictos y que nos permiten de cierto modo elevar la vibración, el ánimo o las ganas de ser, estar o pertenecer.
Salimos a batallar con los días, la gente y todas experiencias que simplemente hemos decidido vivir, a veces sin conciencia, sin saber exactamente a que nos estamos exponiendo pero con esa voluntad de querer sentir. Nos enfrascamos en charlas donde ponemos a prueba nuestra inteligencia o hasta la misma necedad de insistir en guerras que no las deberíamos batallar.
Nos exponemos constantemente a ser vistos de cualquier manera, con muchos ojos encima, con pantallas llenas de filtros y momentos creados con segunda intención, queremos demostrar al mundo chiquito que nos rodea la calidad de vida que llevamos, el amor que sentimos o lo perfecto de un instante que no ha sido cierto. Esta es la nueva realidad lo que nos hace pertenecer a una tendencia, a la moda, a lo cool.
Así son los días, quizás los míos tienen algo de eso, algo de aquello y muy poco de lo que quisiera, y si, entiendo mi ego hablando buscando fuera lo que debe haber dentro. Me pregunto cuanto tiempo mas los días serán así? Este plan perfecto que el universo tiene para mi me llena cada día más de paciencia? o es como una muerte lenta? la pasividad con la que suceden las cosas quieren enseñarme que exactamente? hay días que son......
Y justamente en esos días que son......incomprensibles es cuando llega la información, a través de lo que miro, de lo que siento en un instante en que niki a secas cruza por mi retina, para recordarme que existe algo más que en ocasiones quiero olvidar o desestimar, miro y escucho historias de gente cercana a mi, que me devuelve el centro al simplemente tener que callar y no opinar. Me aviento a vivir entre copas juegos banales que liberan de mi las expectativas y me regresan de un porrazo al presente y esto no quiere decir que mañana no lo lamente.
Ya termina el día y todo este huracán de pensamientos aún permanece y juegan conmigo entre la almohadas y las sábanas, se han convertido en compañeros fieles y vigilantes de mi estabilidad emocional o al menos eso quiero pensar para no juzgarlos y permitirles jugar conmigo una noche mas mientras pretendo forzarme a dormir.