Llegó el tiempo de fiestas y con ello ......

Las cenas de la empresa, las fiestas de la ciudad....licor y algarabia

11/30/20233 min read

En las calles de la ciudad se respira fiesta, chivas por doquier, música a todo volumen y la gente prendiendo motores para celebrarlo todo. Es que diciembre es un mes lleno de eventos, las cenas de las empresas no pueden faltar, los eventos de fin de año y todo lo que conlleva dar a los colaboradores ese espacio de "gratitud" por el año realizado.

Ante ello varios matices de lo que he vivido y podido escuchar de varias personas sobre sus experiencias del temido diciembre, es que dentro de tanta fiesta y algarabía no faltan los excesos, esos momentos en los que el licor o cualquier otra sustancia nos llena la cabeza de falsas ilusiones y un poder extraordinario de poder lograrlo todo, movimientos van, vienen, los mejores vestidos, el look de betty queda en casa para poder empoderarnos y usar aquella minifalda que tanto nos gusta, el maquillaje perfecto y a impactar en la cena, que maravilla poder disfrutar de momentos así, buena comida,  jefes interactuando como que nos conocieran toda la vida y el ritmo de la música sigue su causa.

Y es ahí, en esos precisos momentos en donde nacen o salen a flote muchas historias más de la vida, del amor, de la traición o del despecho, el ambiente creado y todos con la predisposición de pasarla bien, son las herramientas necesarias para que un determinado grupo de personas encuentre ese escape a la rutina, monotonía y quizás ese empujón necesario que se necesita para dar rienda suelta a la libertad de ser y de sentir.

Las horas de reloj pasan, entre risas y momentos de desenfreno, con esas canciones que alborotan las neuronas, letras que nos invitan a dejarlo todo sin pensar y solo dejarnos llevar, el celular testigo camuflado de nuestras acciones y quizás un gentil recordatorio de lo que esta mañana acabamos de recordar.

Solemos pensar que este tipo de eventos de integración son una contribución de las empresas a nuestra lealtad y gratitud por hacer que las cosas pasen para los dueños de la misma, por que es así, sin embargo desde la practicidad de las cosas, este gasto va a la empresa, baja las utilidades y los impuestos a la renta que debe pagar, al fin de cuentas no va al estado, se queda con los trabajadores y colaboradores que hacen de estos momentos una especie de mix entre gratitud, revancha y queja, porqué quizás la comida no estaba perfecta, quizás el lugar quedo corto, que feo DJ, por que no sirvieron más licor, etc, habrá ese estado de inconformidad por que así es nuestra sociedad, la que avanza en medio de gratificaciones instantáneas personales.

En mi época de empresario si así lo podemos llamar, no tuvimos eventos de este tipo, principalmente por que creía que las fiestas son el motivo apropiado para desconocer la realidad interna de cada uno de los hogares, siendo casado o estando en una relación comprendía que la exposición que podríamos tener al exceso de licor o de confianza, que siempre hay era una bomba de tiempo la verdad, siempre preferí un desayuno, una comida típica o algo que dentro de las horas de oficina sin interferir en el tiempo de hogar que se pueda compartir.

De cualquier manera la vida es así tiene estos momentos en los cuales nos pre disponemos a dejar a un lado todas las diferencias, entre compañeros o inclusive entre familiares, estos días son los que nos llaman a la tregua momentánea de los sin sabores de la vida, empezamos a proyectar que el año esta por terminar y que vamos a dejar todo en este último mes, para reiniciarnos para empezar nuevamente.

Que este último mes del año, cumpla su propósito, encontremos razones para hacer de este espacio de tiempo algo diferente, sé que nos gusta pedir y vivir en abundancia, pero quizás también es tiempo de dar, este mes es muy propicio para ello, para encontrar la paz y la reconciliación entre quienes sabemos debemos hacerlo.

Cada quien encontrará su forma de sentir las fiestas, los eventos, que sea desde la conciencia y el total control de las emociones para que no exista daño colateral en cada una de nuestra acciones y así realmente podamos poner fin a un año que de seguro trajo mucho que reflexionar y sentir, sabemos que el tiempo es un número y a su vez es efímero, el número pasa y nada cambia, solo se transmuta y se convierte en un propósito que finalmente deseamos ser, sentir o estar.