Libre de falsas impresiones
Dejando las apariencias?
8/10/20232 min read


En la sociedad actual, las pantallas nos invitan a demostrarle al mundo lo felices y perfectos que somos o que nuestra vida va, escondemos todos nuestros vacíos y carencias de la forma mas moderna que podemos hacerlo, una herramienta sin duda muy útil para alimentar el ego
Casi nadie se da cuenta de ello, lo hacemos por inercia, por moda, por aburrimiento quizás, por que no hemos podido desarrollar otra manera de lidear con el aburrimiento.
Ya no alzamos el teléfono para hablar, un texto y esperar dos líneas azules nos dan la falsa seguridad de que el mensaje a llegado mas no la conversación que necesitamos y no se mal interprete el verbo, pero la acción de hablar es lo que nos hace mas humanos, lo otro es ser robots tras de una pantalla intentando comunicarnos.
Pretendemos ser, para agradar, para llegar, para enamorar o hasta para que nos tomen en cuenta. Una sociedad marcada por las tendencias, la moda, la carrera de quien hace más, quien viaja más, quien tiene a,b,c momentos nos ha vuelto tan fríos y calculadores. Nos aterra mostrarnos débiles o vulnerables, por que no es esa la imagen que venimos produciendo, hemos perdido la esencia de sentir para solo mostrar esa parte que puede hacernos ver importantes, queridos y lo mas peligroso mal admirados (influencer).
Si, pertenezco a esa generación antigua de las que hacíamos las cosas diferentes y que ahora ha tenido que sumarse a este proyecto de vida social para en algún momento pertenecer. Pero como todo en la vida tiene un ciclo, llegan estas etapas del ser presente que nos devuelvan la integridad, esa voz interior que ya no habla para afuera si no tiene una charla amena con nuestro interior en búsqueda de la verdadera quietud mental.
Lejos de pretender ser alguien que no eres, llenas los das con lo que es hoy para ti, no para el exterior, alimentas tu alma con información que te hace más empático, más humano y sobre todo más consiente del sentido de la vida que quieres dar, ser, estar y pertenecer.
De seguro estar en ese lugar lo que hace es que tengas varios conflictos ante un mundo con una visión totalmente diferente, no es fácil enfrentarse a una sociedad entera, pero al fin de cuentas desde la tranquilidad de la conciencia te acoplas y el silencio o la permanencia en paz en esos momentos hacen que los instantes sean llevaderos.
Te acuesta y reflexionas sobre lo que acabas de vivir y sin juzgar sin delimitar si fue bueno o malo, te quedas con las profundas reflexiones del ser presente y agradeces la oportunidad de mantenerte en este estado de quitud mental y desarrollo espiritual.