La última huida
Comprensión, aceptación, propósito
1/2/20253 min read


Suelo huir con facilidad ultimamente, no se si esta es la palabra perfecta que describa lo que hago cuando siento que debo hacer algo para dejar de incomodarme, de tener que ser otra persona, esperar, tener paciencia o ir a la par de la voluntad del resto, de ser visto o reconocido como una persona que vale la vida tener cerca de la manera que se quiera, pero en verdad, en amor.
Me resulta mucho mas conveniente para mi estabilidad emocional tomar este tipo de decisiones que en ocasiones pueden parecer arrebatadas, algunas sin duda lo son, lo reconozco, al mismo tiempo que identifico esta parte de mi esencia que puede sonar a irresponsabilidad, locura o prisa excesiva por.......vivir, sentir, experimentar, pero muy mías al final.
Comprendo que he ido aprendiendo a reconocer energías, estas que me hacen querer estar o no.....lo que me permite actuar desde la conciencia, para proteger el alma de momentos que se lleven algo del bien mas valioso, el tiempo, pero no desde una vanidad o ego, es que cada vez que estoy presente en el tiempo de alguien, ese tiempo que doy va alineado al amor que siento por ser parte de sus instantes, no se mal interprete, no es que ame a todo el mundo, pero siento que cuando estoy con personas compartiendo lo hago en verdad, certeza y voluntad, recuerdo el día de mi cumpleaños, no leer mensajes, no atender llamadas, pues para mí era mas importante escuchar a la persona que en teoría me estaba acompañando en ese instante, ahí también reflexioné que lo obligado no va conmigo.
Sé escuchar, me gusta, quizás por eso también escribo, me intereso en la vida de los demás, buscar aportar con ideas, consejos, historias de vida que permitan dar un soplo de aire adicional para quienes han encontrado en mí un minuto de confianza para compartir lo que la vida misma nos permita.
Esto también hace que me vuelva mas impermanente, que pueda decidir en convicción que es lo mejor para mis segundos, evitando así ser parte de algo, alguien o instantes que no son cómodos y que en ocasiones nos toca permanecer.
Aun que no siempre es la respuesta que busco, los últimos 4 años de mi vida, siento que me he vuelto muy hábil en huir de las estructuras, de las obligaciones, de las cosas que deberíamos hacer, por alguna extraña razón hay días, fechas o momentos que prefiero la intimidad de la soledad o la locura de estar con quien no conozco, como buscando leer un capítulo nuevo de la vida, que me permita quizás cubrir esos miedos, carencias o sombras que me llevan a tomar caminos, sin pensar solo actuar..... huir.
Este último viaje lleva esos matices, estas reflexiones que a la larga me dejan saber lo que pude ser mientras escapaba de las responsabilidades, de enfrentar la realidad, los instantes o personas que quise evitar, incluso lo que mi mente peligrosa imaginaba podría suceder.
Ahora desde la calma en el espacio de paz que me sostiene, puedo aceptar que este tipo de viajes no pueden continuar, este debe ser mi última huida, pues al final solo postergamos lo inevitable, al día siguiente todo vuelve a estar donde quedó, a la espera de su confrontación, siendo así no hace mas sentido huir.
De la misma manera es justo y prudente en este tiempo poner un alto a ciertos temas o patrones de vida que he ido llevando, llegan ciertos mensajes de mi consciente sobre algunos temas que debo aprender a sobre llevarlos o dejar de buscarlos, permitir que abandonen mis pensamientos y fluir de una manera distinta ante lo que suceda en mi alrededor.
Todo ello implica cambios, liberar ideas, pensamientos o acciones que al final han derivado solo en instantes de gratificación instantánea, apagar la mente para concentrarse en miles de cosas mas, que al final lo esencial de la experiencia humana pasa desapercibido. Si bien es cierto mi energía interior esta intacta desde hace un par de meses, encuentro que este poder de decisión o mas bien dicho de convicción puede aportar nuevamente a mi equilibrio, a la seguridad y certeza de que la vida tiene preparado para mi menos huidas, mas viajes en armonía y de seguro la compañía apropiada para esos instantes.
La última huida eso si, como propósito, llenándome de paciencia y aceptación, comprendiendo que no existe mejor lugar que este, que lo que esta sucediendo en mi vida de colores es igual que el blanco y negro del que tanto disfruto.