Incomódate

Tanto que detengas todo

6/19/20253 min read

Salir de la zona de confort, es de valientes si, pero algo.. incómodo.

Hacer un lado al ego y la vanidad, deja esa sensación de incomodidad.

No ser parte de la sociedad per se, con sus modas y estructuras …suele incomodar.

Vivir a tiempo presente….resulta en ocasiones incómodo.

Y cuando pasa la sensación, ya que no es otra cosa que ello, nos damos cuenta que no existe mejor forma de experimentar y sentir la vida desde esa incomodidad , la que nos recuerda lo afortunados que somos de poder elegir cada día ….que realmente nos incomoda y que ya no, como resultado de seguir creciendo, trascendiendo en esta experiencia humana.

Ha seguir incomodando todo me dije esa noche ya que sentía que dicha incomodidad estaba dejándome con esas respuestas básicas de dejarlo todo, buscar la pretendida estabilidad y dejar que el universo se encargue de acomodar cada una de las piezas del rompecabezas que yo acababa de crear en mi mente, esta inquieta que no paraba de elucubrar 10 mil opciones, cada una de ellas posibles y validas en ese universo paralelo al que suelo ir cuando no puedo decidir.

Pero todo pasa en la vida, llegaron las velas y los aromas, la paz y el silencio que gobierna las paredes que sostienes los minutos que no trabajo, que procastino y esos instantes de no hacer nada cuando me descubro entre los pantalones desteñidos que aun pueden durar un par de puestas mas, mientras navego entre izquierda y derecha, por que al final nada puede salir mal, aquí al otro lado del mundo donde las cosas funcionan por que es una sociedad dispuesta a permitir que existan balances, equilibrios y sobre todo algo de justicia real.

Me la he pasado desacomodando mi mundo la vida entera, he sido responsable de moverme constantemente de un lugar a otro,  así como también, de quedarme eternamente en lugares donde no era dueño ni del aire que respiraba,  es esta forma de abrazar la vida, de permitir incomodarme tanto, tanto que aniquila mis sentidos, destruye las neuronas viejas y permite que lo nuevo tenga espacio, el mismo que llevo cada día en el que solo siento lo bueno de cada humana que se atreve a cruzar por mi camino.

Es que me preguntaba si soy muy incrédulo o que es lo que pasa, hoy por la mañana los 40 grados de temperatura hicieron que mi caminata sea mas lenta y mientras eso sucedida, me llego esta reflexión tengo una vida tan llena de paz, que no hay espacio para pensar en la maldad de la gente, miro a todos por igual y solo creo lo que dicen, lo que piensan y sus intensiones pues siguen siendo suyas, al ser tan externas no tengo por que tener expectativas de nada y con ello a mi solo me queda la paz de poder escuchar, mirar o sentir lo que yo puedo dar que es paz.

Seguiré incomodándome, pues quiero aprender mas de culturas, de olores, de sabores, de tiempos, de como poder llevar una vida desde otra perspectiva, ha llegado el momento de soltar algunas creencias que arraigadas en mi maleta del recuerdo pretendían quedarse.  Esta nueva incomodidad no es tradicional o convencional, es mas bien.....el permitirme por un soberano derecho de seguir experimentando la vida al sentir, es decir, todo lo que me permita en esencia aprender es bienvenido a la vida, perder miedos, dejar tabúes, romper esquemas y todo aquello que en algun momento encajaba en los pocos moldes que me quedan, decido dejarlos en el segundo que acaba de terminar, esta idea de compartir mis emociones, mis miedos y hasta desesperanzas encuentran ahora el equilibrio con la certeza de que el camino es aquí, el de ahora y cada uno de los anhelos que empiezo a materializar con la intensión en pleno de hacer que las cosas pasen, por que simplemente mi vida va bien.....sigue yendo bien.