Hoy, no sé si contigo. Capitulo II

¡Las veces que perdí, mis heridas de guerra!

10/6/20235 min read

¿Recuerdan cuantas veces sentimos haberlo perdido todo: dignidad, respeto, autoestima, valor, coraje? Y en ocasiones en total conciencia siendo la mejor versión de nosotros, Llegar a sentir a diario esta duda interminable de ¿en qué momento algo no funciono y se fue por la borda? El tiempo vivido y compartido, miles de sueños rotos y la incomprensión de por qué no resulto.

O el otro lado, el darse cuenta de que fuimos mediocres o demasiado exigentes a la hora de ser y amar, esto creo que nos pasa con mucha frecuencia, asumo que principalmente el origen viene como en este libro del capítulo anterior “con mi pasado no”.

El amor es esta montaña rusa que no deja decidir en conciencia plena o en bienestar absoluto, creo que hay muy pocas parejas que llegan a encontrarse o reconocerse en la mejor etapa de sus vidas, e iniciar un camino juntos. Los cuentos de hadas han hecho su parte y nos han vendido la idea del amor perfecto desde el día uno en que el universo conspira y uno hace clic con la otra persona de forma inmediata.

Pues a los que no hemos tenido la, no sé si llamarla suerte, la bendición quizás, siendo más espirituales en coincidir en el tiempo, esto sin duda alguna ha hecho que nuestra batalla por el amor nos deje ciertas heridas que con el tiempo hacen un hueco tan profundo que llenamos con vacíos temporales o con satisfacciones momentáneas, desde un like, un revolcón, compras, amigos que nos hagan reír, entre otras. Sin embargo, todos somos conscientes que cuando la satisfacción de ese momento ha pasado, las luces se apagan, el vacío vuelve a presentarse, esta forma de negar la realidad sí que nos afecta más aun cuando se ama aún y si, se niega que algo ha terminado.

Todas estas heridas las empezamos a recorrer en nuestros días, manifestándolas en miedos al presente en la negación a sentir y dejase ser libre de expresarse. Muchas de mis heridas quizás no han sanado con el tiempo, quizás porque no he sido lo suficientemente decidido para enfrentarlas y despedirme de ellas, quizás por la falta de introspección y desarrollo emocional que he querido ponerle en el congelador mientras acepto que lo que he tenido que vivir en base a mis decisiones.

La desconfianza es una de ellas, engañé y me engañaron, que se rompe cuando pasas por esos momentos. Analizaba ¿porqué yo, lo hice, cuándo, cómo y en que estaba pensando o sintiendo? Es algo que, de una u otra manera no me lo he perdonado del todo, básicamente porque me costó el hogar ese hogar que yo lo soñaba, pero por esas extrañas situaciones de la vida hasta el día de hoy lo sigo soñando y no lo he podido sentir. Paradójicamente ese hogar que perdí también tenia fecha de caducidad y si no era de esa forma, el tiempo y la convivencia hubiera hecho su parte para decirnos adiós.

Me cuestiono si fue la edad, la inmadurez, el amor no correspondido o capítulos no cerrados, me hice muchas preguntas para llegar una misma respuesta, pero fui yo quien en consciencia plena de lo que estaba viviendo no pude parar o detenerme, no era carnal, aunque esto no tenga valor ahora, solo yo lo sé, lo sentí y pues en algo alivia mi carga. Tiene un nombre y apellido y detrás de ello una gran historia de amor, para mi claro esta, que quedo inconclusa y que llegó a golpear las puertas de mi trabajo (literal) y mi mundo se hizo trizas.

Conozco parejas que se han perdonado infidelidades, algunas lograron sostenerse y otras no, es un tema muy complejo de comprender, cada uno de nosotros siente de forma diferente y es capaz o resiliente para poder manejar estas situaciones, de todo lo que he podido vivir y escuchar es una de las heridas que más difícil resulta cerrar, caben muchas aristas, desde: la decepción, el ego, la revancha o en algunos casos el conformismo. Hay un dicho que dice “malo conocido, que bueno por conocer” . Para nada lo comparto porque es una generalización, como decir que alguien “malo” siempre será “malo”, creo que los humanos tenemos esa capacidad de reivindicarnos en base al amor, el problema es que a veces decimos haber perdonado, pero no desde el interior, ello nos invita a tener una especie de recuerdo, remordimiento o decepción no externalizada, un silencio que no permite avanzar o retomar el amor desde el punto de quiebre si no desde un punto de inflexión.

Cuantas heridas de guerra tenemos cada uno de nosotros, cuanto hemos callado o soportado en nombre del amor?. Entre broma y broma cuantas veces hemos dicho que nuestras historias son dignas de un capítulo de "la Rosa de Guadalupe" , llenas de drama y desconcierto al no poder creer que situaciones así sucedan en el mundo actual. He escuchado también que uno debe amar sus heridas, y si comprendemos que el verbo amor se conjuga de miles de manera quizás podamos hacer un sinónimo como aceptar, comprender, ya que al hacerlo algo dentro de nosotros se modifica y empieza a crear una especie de barrera protectora cuando los recuerdos llegan sin avisar, cuando las situaciones se repiten y el miedo nos gobierna con la expectativa de que nos volverá a suceder.

Las veces que perdí, me cuestioné una mañana, fui muy exigente conmigo mismo? qué fue realmente lo que perdí?!!! ahondaba y pensaba en las relaciones que no funcionaron y por que fueron así!, buscaba las respuestas entre los pocos recuerdos que aun conservo de aquellas situaciones en las cuales sentí haber perdido......no sabia exactamente que perdí por que las cosas intangibles no vienen al caso, luego miraba el reloj biológico y dije ah quizás tiempo, porque vida es lo que tenemos y la vida se gasta o se invierte en el tiempo que le dedicamos a alguien o algo. Pero seguí dudando por que como podría haber perdido tiempo si en esos instantes en los que sentí lo que fuese que sentí estaba viviendo, decidiendo y actuando en función de lo que mi ser quería, nadie me forzó a quedarme, a insistir a ser constante en nada, quizás las reglas del juego siempre estuvieron claras y marcadas, mas fui yo quien decidió dar un paso adelante, al costado y finalmente lejos de ahí.

Hay una canción que dice lo perdido es lo ganado, es una metáfora interesante de hilar y de poner en debate, siempre todo tendrá una relatividad y subjetividad de acuerdo con quien la hables, edades, géneros, e inclusive estados de ánimo. Nos queda solo reflexionar y mirar adentro que fue lo que se llevó ese determinado período de tiempo, lo he hecho, mas ahora en este punto de mi vida en el que tiempo es lo que mas tengo para pensar, compartir y dejarlo ir. Me queda de una u otra manera la satisfacción de haber vivido a plenitud, con esa intensidad que solo yo se hacerla y en cada uno de los pasos que di, sentir que cada una de esas heridas de guerra en el amor no me quitaron nada, hoy sigo siendo ese hombre que quiere amar, un hogar y una compañera de vida a mi lado para llegar a donde tengamos que llegar. Estoy mas que seguro que volvería a enamorarme mañana mismo si es necesario y estaría dispuesto a todo. Siento conciencia de haber cada día batallado por sanar mis heridas, solo, o con la ayuda de libros e información relevante para poder decirle al amor en su momento bienvenido, que cada herida que marca mi ser, sea solo un recuerdo mas que me recuerde que estoy viviendo una experiencia humana sin miedos, sin tabúes y sobre todo ahora, ya sin expectativas.