Hay un impostor entre nosotros
Todas esas veces que he mentido
10/7/20253 min read


Uno de los principales retos que enfrentamos en la vida es decir las cosas como son, lo que se denomina "verdad" y aun que no son absolutas o infinitas, pueden llegar a tener un alto porcentaje de certeza, de sinceridad.....pero por alguna extraña razón se nos es mas cómodo ponerle mas colores, matices y complementar con un poco de drama a las historias que vamos contando por la vida sobre quienes somos, que hacemos, de donde vinimos , que tenemos....y mas aun hacia donde vamos.
De una u otra forma, desde muy pequeños se nos ha enseñado como doctrina que es viable hacerlo, no se puso jamas en tela de duda que decir "nuestra verdad" puede tener repercusiones como una causa con su efecto. Se nos obliga de forma inconsciente a elegir un bando, una idea, una filosofía de vida cuando apenas y estamos comprendiendo de que va todo esto de ser humano. Nadie tiene la culpa o responsabilidad de ello, pues es algo que se ha re transmitido de generación en generación por los siglos de los siglos. Quiero entender que su origen tiene una explicación, como esas historias de que hemos mordido una manzana y con ello todo cambió, las consecuencias de una desobediencia o algo similar fue la causa y el efecto vivir en un mundo donde es mas fácil maquillar una verdad que enfrentar una consecuencia.
Mentir es como actuar, como vivir en un constante rol protagónico de perfección, de ilusión, de esta realidad aumentada que creamos en búsqueda de la aceptación, de recibir un sí como respuesta, necesitamos ser vistos y sobre salir de los demás por que nuestra naturaleza es conquistar, convencer a alguien mas de lo valiosos o útiles que podríamos ser y es ahí donde nace toda la narrativa que podemos crear para conseguir aquello que en su momento nos interese. El tema pasa que quizás eso sea solo algo eventual y las consecuencias pueden dejar secuelas en lo que nos resta de existencia.
Todas esas veces que he mentido, me basta con recordar ciertos capítulos de vida, no para avergonzarme instantaneamente, sino para poder aceptar que me he traicionado al evitar ver mis sombras y todo aquello que saboteaba un mañana diferente. Mi madre solía preguntarme como me fue en la escuela y yo solo atinaba a responder que bien, cuando en realidad era un desastre; cuando tenía 19 años y necesitaba un trabajo mi primera mentira laboral fue decir que sabía hacer algo que contablemente tenía el criterio pero no la práctica o comprensión absoluta. A los 23 emprendía un negocio procuraba proyectar una imagen de un negocio establecido y un conocimiento basto para poder convencer a mis clientes de que me compren algo o acepten mi propuesta de servicios. La lista e mentiras es interminable, muchas mas me dan cierto grado vergüenza, sé que hicieron mucho daño en su momento, pero hoy es tiempo de liberarlas de mí, pretendiendo encontrar el perdón en cada una de esas personas a las que no pude amar lo suficientemente para decirles la verdad en un tiempo diferente.
Entiendo que bajo la presión social, familiar o propia de la estructura nos vemos obligados hacerlo, pero llega un momento en la vida en que nos encontramos con el impostor que hay frente al espejo, ese que ha conseguido con estrategias de manipulación, seducción o elocuencia llevarse una parte de alguien mas, de una sociedad, familia o país. Me pregunté si había sido ese....y la respuesta fue sí.
La dinámica social tiene esta facilidad de mostrar lo que queremos, modificarlo, filtrarlo, esconderlo o borrarlo tan solo para volver a ser vistos, aceptados ....nada mas que eso. Algunas personas trabajan de ello, hacen dinero y se vuelven líderes de opinión, gente que los sigue y van consumiendo sus consejos.....sin embargo que importante sería conocer el tras-bastidores....saber un poco mas de su historia y la congruencia que existe entre lo que dice y lo que hace....saber si todo eso es cierto o apenas y conocemos solo un lado de la moneda.
Dejar de mentirnos es una herramienta de crecimiento en realidad, aceptar la imperfección, las canas, los gorditos, las ojeras, estas piernas flacas, el paso de los años y como el cuerpo físico se transforma....el desconocimiento de un tema......todo ello es parte de evolucionar como ser humano, saber que somos materia - espíritu.... no cuerpo y que todo aquello que sale de nuestra boca, de nuestros actos, intensiones u omisiones queda grabado en un archivo histórico personal del alma que trasciende en cada una de las experiencias futuras...si somos conscientes de ello, podría contribuir a tomarnos la vida mas liviana, sin pretender abandonarnos, gustar ha alguien mas.....convencer de que somos lo que necesitan....permitirnos así dejar de distorsionar lo que somos, aceptarnos en esta experiencia como tal, en su momento presente que es el único camino hacia el yo del futuro, ese que quiere ser íntegro, encontrando armonía en lo que nos reste de vida.
