Hasta siempre

El reloj sigue a una velocidad que da vértigo los días pasan de una manera acelerada y entre unas cuantas dudas y contradicciones le fecha va llegando, el día está ya aquí en la cabecera de mi cama, ese adiós a este espacio ya es un hecho.

Días y días marcan el sentir, pues los retos son eso…al inicio… la incertidumbre de saber que va a pasar, cómo van a reaccionar los humanos, el equipo, la sociedad y en general todo aquel que de aquí en adelante empiece a ser partícipe de esta nueva aventura junto a mi.

Uno de los retos principales será conseguir que la falta de empatía del resto no afecte el desarrollo profesional o personal en cada día mientras vamos haciéndonos un lugar en la vida cotidiana, en momentos de reflexión y mientras observo como las personas dejan salir su ser a la luz. En momentos de vulnerabilidad cuestiono mi capacidad de aceptación y resiliencia para poder sostenerme con algo que apenas está por empezar.

Tengo algo que se repite, es como un patrón ya en mi transitar, son mini retos que los asumo conscientemente, los cuales no deberían presentarse o más bien dicho no debía haberlos aceptado, pues de una u otra manera eran parte de la negociación de sentido común, sin embargo es todo ello lo que me impulsa a continuar, a que aún sabiendo que ciertas condiciones no son las ideales encuentro la manera de resolverlas, acoplarme y avanzar con determinación.

Cuando me pregunto si es que algo sale mal, la vida misma me fue enseñando esta capacidad camaleónica de adaptarme, de encontrar las oportunidades, de aprender, de crecer y desarrollarme con lo que hay, sé que de seguro muchas enseñanzas empiezan a escribirse en este capítulo de mi vida, valdrán las ganas, el empeño y la predisposición a todo lo que está por venir, desde ya me felicito por callar, observar y no reaccionar….que mi día a día sea propositivo y que en el camino el universo mismo me entregue toda la información como hasta ahora, para poder tomar las mejores decisiones de vida, por que si algo estoy seguro que pasará es que voy a vivir a plenitud y con coraje todo lo que se presente a partir de hoy.

Empieza mi último día en este pedacito de tierra donde nací, tanto agradecimiento va conmigo en la maleta que me asombró al mismo tiempo de lo bendecido que soy, me marcho sin regresar a ver, sin voltear la mirada al pasado, cerrando cada capítulo que ya no pertenece a mi presente, soltando una que otra expectativa, renunciando a lo que no me pertenece ya.

Gracias al universo por permitirme vivir así, dejando una sonrisa final en ciertos ojos que brillaron en su momento al sentir mi presencia, a todas esas almas que me liberan, me dejan partir …la fe intacta sobre el hoy de quienes se quedan acá, esperando quizás un reencuentro, en algún momento mientras algo nos quede por recorrer.

Hasta siempre!