Estar cerca
Lazos irrompibles
4/6/20252 min read


Extrañas situaciones nos llevan a día a día a experimentar la vida como es, como la imaginamos y en otras, como el universo mismo se manifiesta en su orden o su lógica para hacernos de una y otra manera evolucionar.
Lo alucinante es la forma en cómo todo sucede, de la nada, ya lo entendí cuando no se busca al mismo tiempo se libera, se suelta y así el espacio queda abierto para la información, las experiencias y las coincidencias del tiempo exacto para sentir.
Lo llamo sentir, desde hace varios años, la vida se ha transformado a tener esta precaución de no dejar pasar por alto las sensaciones, las emociones y estos detalles que nos dejan el roce de las manos, el beso en la escalera y las ganas de volver a coincidir en algún momento que no sea el que nosotros queremos.
Nos volvemos a encontrar o talves a reconocer, creo que asocia más con lo que sucede, esta paradoja de la vida en la cual vamos compartiendo algo de vida, risas, abrazos y varios llantos que nos dejan el sabernos queridos y comprendidos en amor por unos cuantos humanos más con los que hemos hecho un acuerdo de ser y estar presentes.
Una vez que el control se suelta, se abandona la necesidad de ser perfectos o únicos, lo que resta es sentir la presencia como fuese que esta se presente,… cerca de la manera más particular que puede existir tan solo para recordarnos la gracia de estar vivos.
Cerca, de mil y una maneras, de esa exacta que nos devuelve la sonrisa y la certeza de ser parte de un universo maravilloso que nos permite experimentar en libertad, en aceptación de que todo tiene un propósito mayor y como tal nosotros somos solo protagonistas de un guion creado para nuestro bienestar común .
Un día como hoy siento tantas emociones que los latidos se aceleran y se frenan al mismo tiempo al reconocer que algo nuevo está por ocurrir, es la adrenalina de vivir en plenitud, esa que me permite salir de este espacio e ir por algo nuevo, es sentir que le gustó a alguien más por lo poco o mucho que conoce de mí, es saber en conciencia plena que la vida profesional está ahí para encontrarme a kilómetros de distancia y sentir vértigo, miedo y ansiedad al mismo tiempo. Es reconocer que este tiempo de solitud e introspección solo era para traerme aquí, a este preciso momento en que recorro con los pies las sábanas de la cama y siento mi hogar con alta sensibilidad mientras aprendo a despedirme momentáneamente.
Que si extrañaré algo, pues claro, quizás todo …pero al mismo tiempo acepto este nuevo reto, lo que está por venir, lo recibo con paz, con certeza y con esta frase que me abraza y acompaña varios años ya, pudiendo exclamar una vez más: “que la vida sigue yendo bien”
Gracias, gracias, gracias