Es un llamado

Una frecuencia

8/7/20252 min read

La vida en si tiene estas frecuencias en las cuales todas las vibraciones se crean, se entrelazan, algunas chocan y de esta forma la experiencia humana sigue desarrollándose. Pero que pasa cuando aprender a reconocer los sonidos en el silencio, la forma exacta que el universo te habla para que puedas tomar decisiones abruptas, como alguna vez escuche, es válido dar la vuelta en U y regresar a un camino conocido, nuevo, distinto o también para detenerse y reformular todo las veces que sea necesarias.

Hay pocas oportunidades de reflexionar sobre cuales son las razones por las cuales estamos en el lugar que decidimos estar, ahora se y siento que cada una de ellas esta bien, caben dentro de la dualidad a la que estamos acostumbrados si, pero llevan consigo un propósito mayor que en su gran mayoría de veces nos es imperceptible al presente, al instante en que tomamos la decisión, este viene luego ya con algo de resultados, consecuencias o cualquiera de estas razones que tenemos para determinar que ha sido de nuestro paso por el planeta.

Poder abandonar el gran juego del ajedrez en el que nos vemos envueltos, demanda osadía, que no tiene nada que ver con esta distorsionada rebeldía que hoy impera en el mundo, pues pretendemos a la fuerza, golpes o con radicalidad que algo nuevo se establezca como normal, corriente, de moda lo llaman algunos, para que así nuestro ego y en ocasiones caprichos sean complacidos llenando ese espacio vacío que llevamos cargando generacionalmente durante muchas vidas.

Las experiencias que vivo sin duda llevan estos colores, donde los llamados se presentan de forma desapercibida inicialmente, como una interrogante, una invitación incluso a intentarlo, pese a que si, por su puesto la voz interior ya me había advertido que no es el camino correcto, pero que seria de mi vida sin esta capacidad de enfrentarla así lleno de desafíos y este constante decir: "y por que no".

El presente marca estos pasos, el sonido de una vibración atenta, alerta a los espacios que he podido crear para aprender algo mas, esta vez no solo de mi experiencia, sino, desde la ventana del tren que abandona las expectativas de alguien mas, ocupando un lugar no por sobra de merecimientos al contrario con la completa convicción de haber determinado la valía del tiempo, como lo siento, que hago con el, con quien y para quien. Estas últimas palabras fueron las que realmente cambiaron mis esquemas y me han llevado a poder decidir donde quiero estar, pertenecer y sobre todo como quiero pasar mis días en la tierra.

Acudí al llamado una vez mas, a reconocer al tiempo exacto que determinaba el inicio de algo, había escrito que no creo en las puertas que se abren, se cierran, las grandes, la delantera o posterior, solo aprendí que uno renuncia a lo que no hace sentido a la vida misma, a las masas, a ser juguete de alguien mas por este intercambio perverso en el que nos vemos envueltos de entregar la vida para sentir la plenitud de ser, tener o pretender ser felices al conseguirlo.

Tener la oportunidad de poder manejar mi propio rumbo sin duda es una de las mas grandes satisfacciones que llevo conmigo, mi agradecimiento es infinito al universo y dios por dejarme ser parte de este mundo mio.... tan lleno de mis decisiones y no de otros que hace cada día vuelva a decir que aun que cambie de parecer constantemente y vuelva empezar por enésima vez, se que la vida sigue yendo bien.