El último recuerdo que tenía

Aquellas cosas materiales que de una u otra forma nos enganchan al pasado

10/15/20233 min read

El mundo está lleno de cosas y nosotros somos quienes queremos atesorarlas, comprarlas y de una u otra razón en alguna etapa de la vida, necesitamos dejarlos ir, cambiarlos o ponerlos en algún lugar que nos nos recuerde a lo que fue.

Pensamos que llevándolos a otro lugar, al no verlos los sentimientos pueden cambiar, quizás ya no nos recuerdan aquellos momentos vividos o directamente a la persona (s) con las que en algún momento hicimos vida.

Es extraño como funciona nuestro cerebro y las intensiones que le ponemos cuando separamos de nosotros el que es en teoría el último recuerdo físico de algo o alguien en particular, es como un ritual quizás en el cual pretendemos cerrar aún más capítulos de nuestra vida que ya han terminado su ciclo, aun que en realidad es lo que creemos, mas no sabemos si en su totalidad será así.

Dejar las cosas en algún sitio, olvidarlas, o tener pertenencias que no son nuestras son una especie de ancla de presente que en algún momento de la vida, salen a la luz y nos recuerdan lo vivido, ayer precisamente miraba unas fotos de hace 15 años, cuando la vida era totalmente diferente y lo que se coleccionaba era momentos, no cosas como ahora.

Nos hemos vuelto tan materiales que precisamos dejas nuestra huella marcada en la vida de las personas con materialismo, detalles suntuosos y similares, solo pensemos en el anillo de compromiso de los matrimonios, el mejor, el mas grande que se yo, y quizás la vida no sonríe a esa pareja y se tienen que divorciar que pasa con ello? que pasa con todo lo comprado en casa? en una canción decía "con quien se queda el perro" y ahora eso es más común de lo que pensábamos ya que vivimos tiempos en que la vida nos lleva a no tener hijos y prolongar esa decisión por años.

Yo era esos de coleccionar momentos mediante la fotografía los videos, tengo muchas pero muchas fotos que han sido parte de mis 44, en cierta ocasión recuerdo haber eliminado muchos de ellos ya que me había casado e iniciado algo que para mi iba ha ser eterno, determinando ahí que la vida pasada tenia que archivarse en el olvido y así lo hice en su momento. Nada de ello queda ya y hoy por hoy estando solo nuevamente me gustaría volverlos a vivir.

Hoy tuve este ritual de limpiar el ultimo recuerdo físico diario que me recordaban a lo que viví, como le decía a mi madre, lo reemplazo por algo diferente, algo de mi gusto entero que me lo compré sin tener como pero con la firme intensión de apoyarme en mi día a día en este proceso de hacer de mis días algo diferente, evitando los recuerdos y la melancolía que en ocasiones esos nos traen.

Pese a todo ello y ya reflexionando más, sé que es solo eso, un ritual más para aceptar el presente, por que de una u otra manera lo pasado siempre esta presente, en charlas, conversaciones, introspecciones o hasta en el mismo aburrimiento sale a la luz para recordarnos, eso no quiere decir que el intento de avanzar con este ritual sea en vano, todo lo contrario es un paso más a crear esta atmósfera de reinicio de un día a la vez usando el cliché mas de moda.

Quizás aun haya algo por ahí perdido entre las cosas y el tiempo que algún día vendrá a golpear mi puerta y decirme hey estoy aquí! pero se en conciencia que cada paso que damos por vivir mas en presente suma, aporta y no es parte de la matemática básica de la que siempre hablo, si no que es un verdadero intento de avanzar.

Me queda un reto mas por cumplir, lo tengo decidido voy hacerlo hoy, me llenaré de expectativas, ansiedad y adrenalina, lo sé, por que me conozco, solo que ahora, el tiempo ya es un indicador prudente para poder enfrenar la vida y los desafíos que nos presenta a diario, tengo algo de cobardía quizás aun en mi decisión por eso la he prolongado en el tiempo, pero cada día que pasa es una tarea incompleta, que debe ser hecha.

Que los recuerdos en algún punto de la vida sean motivos de felicidad, de alegría y de regresar a ver y decir, la vida iba bien, la disfrute, la sentí, ame y me entregué, sin pensar en como terminó, ni buscando culpables o victimas.