El sabor del tiempo
Con aromas conocidos
5/3/20243 min read


Llevo viajando tres semanas en China y puedo decir que he probado de todo tipo de comida, disfrutando cada uno de los aromas y particularidades que la cocina tradicional nos puede brindar. Después de 20 años llegando al país asiático puedo decir que tengo el sentido del gusto más desarrollado y no me hago problema en saborear cada uno de sus platillos.
Sin embargo las raíces llaman y de tanto en tanto me detengo a recordar nuestros sabores en lugares que han ido llegando al gigante asiático para quedarse. Es que no se puede esperar menos, entre tanta gente habida de de probar nuevos sabores y con una mente tan amplia como la asiática, cualquier cocina está lista para el éxito.
En tiempos de feria esta ciudad tiene una nueva vibra Guangzhou de por sí ya es una ciudad muy habitada pero ahora que hay 3 sesiones de la feria el lugar se llena de turistas y compradores de todo el mundo cargando maletas de negocios e Ideas a desbordar.
Las máquinas registradoras no paran de sonar, la economía del gigante asiático se robustece con miles de comensales y personas que buscan llevar o perpetuar esta experiencia en sus paladares o en esos detalles que se añoran en cada viaje.
Ya no existe el efectivo, han pasado de ser máquinas que suenan y huele a dinero a dispositivos que caben en la palma de la mano y que nos permiten en pocos segundos pagar todo aquello que hemos decido sentir.
Mientras almuerzo - ceno siendo las 5 pm ñ, escucho tantos idiomas que apenas puedo comprender, es fascinante como el mundo se confabula en un mismo lugar, con un mismo propósito y una sola acción: comer
He venido a Canton place un lugar como diríamos en mi país “pelucon” lleno de cocina internacional con precios que superan los expectativas de una cocina diferente y esto quizás por que estamos tan acostumbrados a estos sabores que quizás el paladar no lo siente como si lo haría un asiático.
Días tras fue 1920 un lugar con comida Gourmet de toque alemán, decorado de manera que invita a quedarse, servicio de primera pero como en todos los casos apenas acabas tu plato tienes el mesero encima retirando el plato antes que te lo pienses.
Hoy vine a Mi casa, comida mexicana con una mezcla de platos occidentales para ampliar su menú. Nada del otro mundo sin relación precio, sabor o experiencia culinaria.
Este tipo de experiencias sin dudar me hace pensar en mi país y en la excelente gastronomía que tenemos, aquellos lugares que frecuentaba y que muchas veces dudaba en regresar por sus costos. Ahora luego de mirar un poco más sobre el mundo y cómo venden una imagen sin relación al precio solo puedo asegurar que apreciaré más nuestra cocina y cada uno de los empresarios que han decidido invertir en el país.
Siempre los detalles no pasan desapercibidos, más aún cuando estoy solo en la mesa, contemplando a los comensales mientras conversan, otros se aburren, el celular de por medio o un silencio cómplice de parejas que van acumulando los años sin mucho más que contarse.
Acá importa tan poco las apariencias, nadie puede presumir de ser o tener algo más pues todos los locales lucen igual y muy difícil poder determinar por cómo lucen quien tiene más dinero, poder, o estatus. Nada que ver con nuestra forma occidental de expresarnos corporalmente, en nuestro vestuario y cualquier detalle que pueda darnos ese nivel que en determinado momento pretendemos transmitir.
Lo que sí es evidente es la cantidad de turistas e intereses que genera este país, como el mundo no se detiene entre diversidades y desigualdades, la misma dualidad de que tanto aprendo a diario, esta que en ocasiones me cuesta comprender pero que termino aceptándola como parte del proceso mismo de estar participando de esta experiencia humana.