El presente
un 8 de noviembre
11/8/20244 min read


Casi sin dormir envuelto entre miles de sensaciones que saben a vacíos y ansiedad, como un coctel que hubiera bebido y que ha venido a llenar mi cuerpo constantemente, drenando cada una de mis ideas y planes que en algún momento había acordado, como los acuerdos pueden ser tan volátiles y poder tener matices que encasillan la vida de uno, no de dos, o quizás de tres.
Cuantas de estas verdades escondidas entre el pasado y el futuro se pierden mientras imagino el desayuno que tenía pendiente y esa cita especial recorriendo Madrid, queda colgado en el placar el abrigo que pensaba usar para verme diferente y así poner un espejo enfrente y sentir que la magia del reconocimiento se ponía en manifiesto mientras la vida permitía que regrese mi mente al presente.
Tantas evidencias sin telas de juicios adicionales, solo el reconocimiento tácito de una certeza tan cíclica como haber latido a mil por 60 y algo de días mal contados, mis manos aun tiemblan, quizás es por el frio del silencio, de la comodidad de los textos y de los vistos en color azul, del tiempo que le dedicamos a las prioridades y demandas que satisfacen nuestra propia existencia y así, nos vamos sintiendo más libres, más empoderados y más llenos de algo que yo no logro comprender del todo.
Que mundo virtual en el que vivimos, como ha venido a llenarnos las retinas de brillo en el cual nos vemos reflejados y plasmamos en lo que llamamos presente, algo que queremos proyectar ante el resto de la gente y aun vociferando que no vivimos de sus pensamientos, juicios y criterios.
Ayer, hoy se me mezclan implacablemente mientras apenas decido levantarme, el sonido de los generadores y las alarmas de media noche han sido cómplices de mis reflexiones de este espacio que decido abrir para poder mirarme finalmente a los ojos y alentar mis decisiones, estas que gritan en mi interior por que aun sabiendo que la vida no es un concurso de merecimiento, aquí voy buscando encontrar nuevamente esta paz que invada hasta la saliba que trago cuando pronuncio un nombre, un mañana o hasta pronto.
El presente es algo tan irreal para mi de momento, pues lo he abandonado con frecuencia por ser fruto de agendas externas, de tiempos no compartidos mas allá de una sobrante e insípido interés manifestado por un experimento de querer ser parte individual, con reglas tan incomprensibles para mi alma, para mi modo de sentir, volar y compartir la almohada.
Justifico con el tiempo cada uno de los momentos, hago un recuento de lo vivido, lo sentido, lo que se queda en el olvido, de esta ausencia que se manifiesta de formas tan distintas dentro de la comodidad de un mensaje, de un audio de hacerse presente a conveniencia sin certeza sin ese genuino interés de estar en el presente, solo dejando al tiempo que en algún momento se lea, se interprete y como siempre...... me conforme.
Que me resta esta mañana donde mi alma va puliendo cada una de estos diamantes que colorean mi corazón, esos que aun no se rompen pese a ser expuestos al 10000% en un vitrina abierta, libre, sincera y sencilla de leer, me queda esa frase que resume algo de como he sido visto, este ser humano que quiere volver al presente, pero a uno diferente que tenga todo aquello que alimente mis días con verdades, con momentos honestos para recordar una y otra vez, con algo de café y una charla entretenida llena de atenciones y admiración, sin esa prisa de mirar el reloj y las notificaciones... pues las prioridades llaman.
Es hora de levantarme y poner los pies en la tierra, como diciendo sigo vivo en presencia, otorgándome el lugar que corresponde a mi esencia, a mi alma, a este hombre que va dibujando paisajes entre letras, música y recuerdos. Llega el momento en el que encuentro que el espacio compartido no es mas que una ilusión temporal que con el pasar de los días muta y se transforma a un solo ritmo, no es de de doble vía, es solo ir contra corriente aceptando que las olas golpeen cada día mi rostro mientras me sacudo y pretendo que no pasa nada por el simple hecho de haber desarrollado esta forma de comprometerme desde el primer si hasta días como hoy..... donde pongo en balanza mis sueños, vaya lo dije! pensé que no tenía sueños, ahora descubro que sí que lo tengo, que lo he gritado al universo y que en su infinita sabiduría a sabido mostrarme los caminos, pero yo ....siempre tan esquivo tomando atajos imprevistos que al final del camino he llegado a sitios de los cuales solo he tenido que marcharme.
Hoy, voy por este presente que con osadía pretendo aceptar, que sin duda alguna resquebrajará muchas fibras de mi alma durante un tiempo, mientras recuerdo lo que podría haber sido y voy soltando cada una de esas ilusiones que me hice al dejar de amarme, sin respetarme y darme ese lugar donde puedo florecer, ser libre de sentir, sin restricciones ni silencios que incomoden mis neuronas, sin estas pausas y limitaciones por contemplar un futuro que no es compartido, 3 o 5 no es un número en mi ecuación, no es el resultado de 45 años de haber experimentado al máximo cada una de las sensaciones que me he permitido sentir, hoy..... renuncio a ser un arrebato.