El mundo en movimiento
Nada se detiene
4/26/20242 min read


Todo fluye en el orden universal tanto así que no podemos apenas darnos cuenta la velocidad que lleva. El tren pasa de prisa, lo llaman vida y muchas veces entre el vértigo y la ansiedad lo vemos detenerse en paradas inimaginables.
Los lugares nos recuerdan la fragilidad de las emociones y como ellas llegan a teletransportarnos a esos viejos recuerdos que un día se llevaron desde nuestras lagrimas hasta aquellas que estremecieron la fibra.
Hoy siento la vida así, al aire entre pandas y nuevos amigos, gente que encuentra en su tiempo el interés de regalarme una comida, un té y todo aquello que q su alcance está.
Esto de agradecer a la vida a lo que vivo y siento aún que en ocasiones lo cuestiono es un hábito ya, respiro varias veces y encuentro que al cerrar los ojos algo de magia sucede, un mensaje terrenal o quizás solo una señal del camino que se va marcando.
Pasaron muchos años para poder sentirme vivo en la tranquilidad del no protagonismo, la sencillez de no tener que agradar ni vivir pensando en si está bien o está mal se refleja en cada sonrisa que recibo cuando menciono mi edad.
Sin duda esta decisión de enfrentar la vida tras bastidores, pero con la plena certeza de encontrarme en cada despertar con esta sensación de armonía y relativa calma ante todo aquello que no puedo controlar llena mis espacios con total plenitud interior.
He caminado por las calles entre la lluvia, pues encuentro en cada gota de agua ese alivio que elimina cada energía negativa que fluye por mi vera.
Encuentro en su silencio las respuestas de mi basta imaginación, esa que fluye entre trenes y textos que suponen una historia de penas o tristezas sin siquiera tener acceso a más preguntas.
Que inalcanzable se vuelve lo sublime,
Que relativo es aventarse,
Que incierto es lo pensado,
Que necesidad tenía.
Vamos de camino a una nueva historia, una que quiero escribir sin agua, ni con tanto fuego, quizás con un poco de caramelos y ese picante que así estremecer los sentidos.
A partir de hoy acepto el mundo en movimiento, ese tren bala que veo alejarse mientras espero la caída del sol y aquella tortuga que ha encontrado el equilibro para saber llegar.
Que todo lo disponible para mi propósito mayor sepa encontrarme, quizás en este lado del planeta, quizás en pléyades o algún lugar azul de la galaxia.