El inicio de cero verdades
5 años atrás
8/15/20253 min read


Lo que sería un libro, empezaba algo así:
Tengo 40 años, camino a los 41, toda mi vida he escrito, pero he sido muy poco metódico para dar forma a mis pensamientos o quizás la importancia a lo que plasmaba, es más perdí un archivo de un muchos años de relato donde marcaba mi vida después de mi divorcio y separación física de mi hija.
Sin embargo, la vida misma me trae en este camino de contar mis historias, versiones resumidas ya que quizás la memoria no me traiga por completo al tiempo presente lo que viví y sentí.
Hoy por hoy siento que puedo hablar y contribuir al margen de la soledad que ahora rodea mi casa por las decisiones tomadas en los últimos años de mi vida. Pensé en hablarle a la gente sobre como veo la vida, los colores, la paternidad, los negocios, claro que si el amor y sus diferentes formas de expresión, en fin, todo lo que venimos hacer en la tierra.
He recibido buenos comentarios sobre la forma en la que puedo llegar a comunicar mis ideas o sentimientos, ya que jamás busco influenciar en nadie, quizás en una de las época mas vanidosa de la vida, quise hacer mi voluntad, con mis ordenes pero con el pasar de los años la calma vence al ego, los golpes me permiten configurar nuevamente las ideas, los propósitos y la forma de expresar.
No sé si este escrito saldrá a la luz algún día, me gustaría si, no pienso hacer lucro de ello, porque me dedico a otras cosas la verdad, pero quizás en estas alturas de la vida siendo un 7 de octubre 2020 sentí la necesidad de ya no hablarme solo, algo que he venido haciendo quizás 18 años de mi vida. Es como una especie de terapia en la cual me hablo y converso conmigo mismo sobre lo que estoy viviendo, sintiendo o inclusive las películas que me hago en la cabeza involuntariamente.
No soy Coach, terapeuta o todo lo que está en boga ahora, respeto cada una de esas profesiones, hay de todo solo espero que muchos de ellos estén motivados en ayudar y ser solidarios con la desorientación de varios seres humanos que necesitan de una u otra forma una guía especial para poder asimilar lo que es trascender en la vida.
Escribir también es de personas solitarias, digo también porque no conozco a ningún escritor, pero puedo imaginarme que para plasmar, llegar y trascender se debe tener el alma rebosante o rota una de dos, porque ese sentimiento es el que permite liberarse de prejuicios o inclusive miedos sobre que te vayan a juzgar. Es como que no se tiene nada que perder intentando comunicar y decir las cosas como las piensas, siendo consiente que no es una regla o un mandato, es solo una historia más que podrías leer.
Qué pasa si nadie lee, como no es comercial no pasa nada, ahora nos enfrentamos a otra realidad, q la gente no lee, en mi país Ecuador es muy difícil enganchar a las personas en la lectura, prefieren el resumen, que alguien te cuente la historia. Lo bonito de leer es lo que la imaginación puede hacer mientras saboreas cada una de las palabras, vuela la imaginación y creas en la mente todo el escenario, colores, lugares, aromas y sabores.
Esta no es una novela, es un relato que pretende contar una versión de los hechos desde muy dentro de mi alma, con la guardia baja, sin victimizaciones con reconocimiento y sin afán de protagonismo. Muchos de estos relatos los he compartido en amenas charlas con amigos y amigas, entre paisajes, brisas y claro que si un par de tragos.