Disfrutando de mi compañía
Esta forma inexplicable de amar los momentos en casa
3/10/20244 min read


Había reflexionado tanto sobre el estar con uno mismo y así en conciencia poder disfrutarse, hace un tiempo menos de dos meses aún era algo que no comprendía del todo, quizás no estaba listo o quien sabe por que. Estos últimos días entre que debatía el cansancio físico y mental al que me he expuesto con este nuevo trabajo, empecé a sentir algo muy diferente a lo que estaba viviendo, mi lugar mi espacio ahora es mas cálido, mas lleno de mi y tan protegido de cualquier otra extraña energía que pueda llegar a invadir mi mundo.
Son momentos que prefiero estar solo aquí, disfrutando de una comida, esa que puedo preparar sin apuro mientras pruebo diversos sabores o simplemente los momentos de ocio en el balcón mientras miro la gente pasar.
Algo cambió en mi, es como que tuviera una ligera linea que podría ser ser interpretada hasta como egoísmo, por que realmente disfruto estar aquí ....en soledad, he evadido con firmeza salidas, amigos y momentos que por alguna extraña razón hoy no hacen eco en mi, es decir, no me motivan y mas bien me advierten a quedarme en casa, disfrutando y organizando mi vida como siempre lo he hecho.
Esta distancia inexplicable para el resto o vista como indiferencia quizás, me llena los segundos de manera tal que dentro de mis reflexiones diarias llego a sentir algo de preocupación, por que siento que al ser sentida así, sin motivos aparentes puede generar rechazo de las personas hacia mi manera de ser o estar, al final de todo lo acepto son los riesgos que uno debe correr mientras la vida va tomando su cause y nos permite reencontrarnos con el propósito.
Muy pocas personas llegan a interesarse realmente sobre mis segundos, es como que solo prima lo superficial y quizás es por que al ser buen oyente la costumbre nos sigue mal educando y lo que recibo en cada contacto son dramas, historias, contradicciones de esas personas que luego de hacerlo, lo ideal seria el viceversa, pero me enfoco tanto en tratar de orientar, de solucionar que termino exhausto y solo prefiero cambiar el tema y guardarme mis crisis existenciales.
Pese a todo ello, hoy siento mi hogar tan lleno de mi, esos espacios que he podido construir que llegan a darme esa seguridad y protección que tengo en días en que la información me es escasa y la incertidumbre se apodera un poco de mis días. Ya no tengo cargos de conciencia ni tanta preocupación por lo que pueden pensar de mi, de esta ausencia y distancia que estoy creando por que simplemente aprendí a escuchar a mi interior y digo no, basta o hasta aquí.
Empecé a limitar el campo de acción de lo externo a mi, descubro que al cuidar esos pensamientos o sentimientos al no ser, no saber o no querer ser parte de lo que no hace eco en mi vida, me ha quitado muchos pesos de encima, todas esas responsabilidades para las cuales no estoy preparado o simplemente no las identifico como mias, no lo voy a negar que la conciencia, el corazón o que se yo... me grita a veces hazte cargo!. Pero ya todo es diferente ahora, es como que quiero tomar mi vida como tal y aceptar solo lo que me permita ser, me voy con facilidad y eso para el ser humano como tal es inconcebible.
No tengo muchas personas con las que pueda hablar de todo, muchas veces las conversaciones se centran en la banalidad de los días, en las incomprensiones del mundo o como la envidia hace un matiz diario en la vida de los humanos, mientras me alineo a esos temas por que no queda de otra, me cuestiono, como hacer para coincidir con esas mágicas personas que vienen a revolucionar mi mundo, las que me llenan de preguntas y cuestionamientos sobre como va la vida, mientras respiro, no se donde se han perdido de mi camino, pero sinceramente me gustaría volver a sentirlas
Hoy es un domingo como todos esos que sentía el desequilibrio de mis decisiones vs el mundo, donde empiezo de poco a poco a cuestionar mi comportamiento por que no se ve alineado a cada una de las estructuras que nos han dicho son la clave para trascender y para hacer de la vida algo diferente, pese a ello, me miro en el espejo y me reconozco, acepto cada una de mis locuras y abstenciones, de cada mensaje leído y no respondido, de cada chat al que abandoné y claro que si, cada una de esas personas que pretendían tener algo de mí y pues simplemente dije no.
Un día para disfrutar de mi compañía, un fin de semana distinto, en casa, con mis cuatro paredes con las cuales conversamos sobre como estuvo la semana y que es lo que vamos a soñar para esta nueva que esta por empezar, he planificado ya mi viaje y los lugares a los cuales iré para descubrir un poco mas del mundo y todo aquello que el universo tiene planificado para mi.
Desde el amor propio, entre las sábanas de mi soledad, en la compañía del café de la mañana y la certeza absoluta de mi actuar, en conciencia y en paz conmigo mismo, decido aceptar todos estos pensamientos que estremecen mis mañanas con la seguridad de que han venido aquí para cumplir el propósito mayor al cual de a poco me he ido proyectando.
Abandono la idea de satisfacer a quien no me conoce, levanto el vuelo y avanzo hacia un nuevo lugar donde el espacio que se crea de amistad o de amor, es recíproco, ese que no esta marcado por la cantidad de tiempo, sino por la sensación de entregarlo todo por el solo hecho de querer pertenecer.