Desordenándolo todo

Esta semana me cuestioné tanto como cada una de nuestras decisiones u omisiones pueden revolucionarlo todo, como podemos con una acción desordenar la vida de alguien mas sin siquiera medir la magnitud de lo que acaba de pasar o que quizá marca un camino diferente a recorrer con esa simple acción o decisión tomada.

Y en esta lucha constante en la que nos encontramos, propia de la dualidad constante en la que nos atrapa la vida y en especial como en lo personal encasillo a verle el lado controversial de llegar a la vida de las personas a desordenarla. Me pasaron tantas cosas que me en realidad puse una pausa a todo ello, me senté a reflexionar un poco más sobre que vendría a ser mover las fichas del ajedrez en el día a día de todos los que estamos inmersos en esta vida impredecible, esa que nos deja las puertas abiertas a sentir emociones diferentes, aspectos que se nos escapan de control cuando la mente se apaga y lo que fluye no se si es el instinto o algo que remueve la fibra y solo nos alimenta la valentía una vez de hacer algo diferente.

Cuestionaba que nos da el derecho para entrar por la ventana de la vida de los demás y ser parte de un presente sin ser del todo bienvenidos, esa manera extraña que tenemos de ir de a poco involucrándonos en el momento que algo hace eco en nuestro interior y nos invita a tomar riesgos que de una u otra manera nos llena de incertidumbre pero que de una u otra manera nos alberga una curiosidad de hacerlo de manera que no tengamos que lamentar el dejar pasar una oportunidad de experimentar un poco mas de la adrenalina propia de lo desconocido.

Entonces entre tanta guerra mental si estoy desordenando algo, alguien o invitando a ver un pedazo de vida diferente, deje de cuestionarme e hice paso a la osadía, esa que nunca tuve por que mi personalidad es reservada, puedo decir que hasta que no sienta que estoy en tierra firme no tomo parte de la vida de alguien o de algo más, pero por alguna extraña razón y me refiero a como empezó la historia en mi cabeza, sentía que ese iris ya me había reflejado tiempo atrás resultaba familiar y termina en algo así como "y por que no".

El universo es tan mágico si así podría llamarlo que de una u otra manera hace que el clic se convierta en respuesta y que el silencio se vuelva elocuente, lo que me permite permanecer cauto pero sin esa terquedad de categorizar un texto, una imagen o quizás solo una tibia idea de lo que podría estar pasando en universo paralelo del cual soy totalmente ajeno pero que se me ha invitado a visitarlo de tanto en tanto.

Reflexionaba a la par con esta ley de la atracción y de como los pensamientos pueden llegar a producir estos resultados de algo esperado quizás o en ciertas ocasiones provocado? he aquí otro dilema existencial. Y más allá de ello, voy encontrando las respuestas a la vida misma en sí, a todos esos momentos en los que algo nos parece familiar y solo volvemos al nido, al origen y es como que la película vuelve a proyectarse, esa primera vez, la ultima, la que quizás pudo ser y de pronto se desvanecen todos los que hubiera sido.

Use esta frase que me pareció muy sentida "de seguro la decisión debe ser para tu bienestar, con el paso de los años si algo aprendí es que de eso va la vida….. de tomar decisiones, pero así mismo si algo no funciona de esa decisión, tener la certeza de puedes volver a cambiar el camino sin importar nada de nada…..!". Y ahora que la vuelvo a leer, ratifico que es una forma de sentir la vida que tengo, pero mas allá de ello, es el propósito que tenían y a quien estaban dirigidas, varios días después me queda esta satisfacción total de no buscar un algo, no pretender dar consuelo o tener un interés particular.

La vida es un ratico nada mas, algo esta presente y mañana quizás no, tan efímero se vuelve todo que cada vez que reflexiono sobre ello vuelvo a comprender la importancia que tiene vivir un día a la vez, el saber a ciencia cierta que debemos sentir la vida en el momento actual sin tanta vuelta en la cabeza de un futuro incierto, estas oportunidades que se nos presentan para experimentar la vida en sus diferentes colores siendo tan limitadas y llego a esta conclusión al sentirlas irrepetibles, como esa palabra que no se dijo, ese paso que no se tomó y cada una de esos "arrepentimientos" que nos castigan al apagar la luz en ese espacio que creamos en la intimidad de nuestros miedos e inseguridades.

Lo asombroso de todo esto es que siempre habrá un nuevo empezar, una nueva oportunidad para reivindicar a nuestra valentía y dejar que ese sensación que nos deja la letra de esa canción, el recuerdo de la primera vez que sentimos el temblor de la familiaridad de las retinas nos permita volver a encontrar el camino para aventurarnos, pues total en determinada etapa de la vida ya no repercute lo que en teoría puedes ganar o perder, sino, la sensación absoluta de haberlo logrado, haber derribado cada una de esas barreras mentales y sociales que nos encasillaban en el temor de sentir.

Un viernes mas para agradecer, por sentir, por permitir que la vida fluya, así de esta manera tan irreverente y atrevida que tiene para con mis segundos,  a esas personas que acompañaron estas interrogantes  y mucho mas a quienes con cierta incertidumbre abren espacios para hacernos partes de un par de paginas de libros que me encantarían leer.