Cuánto vales ?
El precio del si
9/26/20243 min read


Aun que resulte complejo de pensar y aceptar todos tenemos un precio, un valor que estamos dispuestos a tranzar por conseguir a cambio algo que en su momento llegue a colmar espacios, lugares o cosas, dentro del universo paralelo que vamos creando con cada SI que soltamos por la vida.
Lo podemos negar y rechazar pero día a día estamos interviniendo en este juego comercial de una toma y dame, o te doy si me das esto, aquello o lo otro, se vuelve un círculo vicioso el cual nos mal enseña a cuestionar cuando de repente recibimos algo sin haber dado mucho, poco o nada a cambio.
Saber cual es nuestro precio en tiempos modernos se vuelve crucial, ya hemos desbordado los límites de los principios y valores, ya dejamos atrás esta conciencia activa que tenemos para reflexionar antes de esbozar un si en el lienzo de las interpretaciones y sentido que le damos a los días.
Pagamos con segundos de vida todo lo que nos soporta, todo aquello que en su momento por nuestra cabeza llegó a interpretarse como imprescindible, por una moda, un consejo o quizás un sentido de pertenencia, algo que llega incluso en nuestra mente e inconsciente del colectivo como un must to.
Y así la vida se nos pasa en esta carrera de poner un precio o una condicional a las cosas, un valor por el cual estamos dispuestos a tener, abandonar u olvidar todo, como dejando a lo externo a nosotros como reemplazable o desechable, la individualidad en su máxima expresión llenándonos de lo que vamos queriendo experimentar en la vida.
Como todas mis reflexiones esta viene acompañada de preguntas como: existe un limite?, hay algo negociable o no?, todo se vale? acaso el valor mas preponderante para sentirnos vivos es el dinero o sentir que el intercambio en el cual nos encontramos esta a nuestro favor?
Los días pasan muy rápido últimamente y con ello poco espacio para estas divagaciones sobre la realidad social en la que desarrollo mi pequeño espacio de escape, este que me permite desfogar a mi mente, mi boca y todo aquello que callo por precaución, por descuido o sencillamente por que no encuentro retroalimentación sobre los expresado.
Me he preguntado que si tengo un precio?, que si soy capaz de venderme de tal manera que pueda obtener lo que quiero, sin daño colateral, sin daños a terceros y con toda esta certeza de hacer que las cosas pasen en mi vida.
A mis casi 45 años, he tenido la ventaja de mi lado al ser muy precavido al no rotular mis sueños con dólares, mis emociones con chantajes y estas verdades incomodas con manipulación. Entendiendo que confrontan a todo humano que cruzan mi vera, por que cada uno de ellos interpretará la información a su manera, a su sentir o como un espejo que reflejará todo aquello que no están dispuestos a ver.
No tengo precio definitivamente, no estoy dispuesto a subastar mi alma o mis sentimientos a lo pasajero, a lo instantáneo, a la moda, al status o todo lo que aleja el ser de un presente maravilloso que no necesita de mucho mas que una sola verdad que se expresa a diario en cada decisión que tomamos apartados de la carencia, ego o vanidad
Hoy después de varias charlas con migo mismo, llego a concluir que lo que tengo es un exceso de compromiso al SI, a estas veces que he aceptado en mi vida miles de situaciones entre acertadas, contradictorias, diversas y ambiguas y que en parte han tenido ciertos desenlaces que hoy se escapan de la dualidad constante del bueno y malo.
Cada SI que salió de mi boca no fue un precio que acepté, no fue un valor que decidí transar para sentirme completo o diferente, tan solo fue para poder vibrar el alma con cada una de las experiencias, vivencias y momentos que contribuyen a mi evolución en este mundo tan efímero que amanece por mi ventana y se apaga entre las puertas de mi casa.