Cruce Generacional

Una constante marcada

2/6/20253 min read

Hace algún tiempo atrás era muy fanático de las series de Netflix, una de las que mas disfrute fue Vikingos, mi reflexión constante fue como con el pasar de los años y las generaciones los humanos como tal nos seguimos comportando de la misma manera, está en nuestro ADN, es algo indeleble que permanecerá con nosotros por muchos años más como el proceso de evolución de nuestra especie como tal.

No tengo críticas al respecto, todo lo contrario, me siento maravillado de poder vivir todas estas experiencias, asociarlas con el ayer y ver como de la mano vamos repitiendo patrones, modas, conversaciones, temas de controversia, batallas de ego, sentir como cada quien va labrando su camino mientras desarrollamos esta habilidad de respirar y abrirnos pasos por el cosmos.

Me preguntaba, para que el universo nos permite coincidir en determinados periodos de tiempo, mas allá del aprender, compartir experiencias y así nutrirnos los unos a los otros, que mas hay luego del resumen del cuento que termina cuando aterrizamos el presente y abandonamos las ilusiones, las esperanzas y amargamente algunas expectativas que nos hacemos cuando nos sentimos plenos, seguros y llenos de interés en ese pequeño espacio de tiempo que se creo en determinado momento.

Se vuelve algo super interesante en mi caso poder compartir con personas de generaciones totalmente distintas y claro que si una que otra alma vieja con la cual conecto de inmediato para hacer de este paso algo mucho mas amigable, lo interesante de todo ello es no tener que confrontar y mucho menos convencer de cual es el mejor tiempo, si antes, hoy o el incierto mañana.

Voy tomando la vida con algo de libertad, de esa que me permite ser libre de decir lo que siento, como veo el mundo sin esperar que esos ojos se mantengan firmes mientras hablo o mucho menos esperar que esas almas me reconozcan y quieran permanecer creando esa magia que en algún momento nos dimos cuenta era posible hacerlo se manifestaba y nos invitaba a quedarnos un instante mas.

Es parte de abandonar el ego, ayer mientras cenaba con proveedores, proponía hacer este cambio de idea de llevar los negocios de manera numérica, cuanto vales?, cuanto me sirves! y hasta cuando?, recordándoles lo temporal que puede ser todo, somos generaciones diferentes sí, con ideas válidas y estilos de sentir la vida diverso sí, pero al final, que pasaría si empezamos a vernos y sentirnos, no como objetos que nos permiten alcanzar un objetivo, una meta, una comisión de ventas y, realmente nos interesamos por el bienestar conjunto de una relación comercial presente, compartir ideas, comidas, charlas amenas, entre otras.

En las relaciones sentimentales pues no podría cambiar la idea, ese interés manifiesto en conjunto de compartir un todo, entendiéndose que el todo es este preciso instante que acaba de terminar, de cuerpo presente, liberándonos de las suposiciones, las llamadas a comparar, compararnos y sentirnos merecedores de un dios hecho pareja.... ese que nos lleva a la idealización de un humano que no existe ni existirá. Si la manera de sentirnos se modifica, algo transmuta, trasciende, bajamos la guardia, nos llenamos de cariño y aceptación constante...en amor, para quien de forma decidida acepta también comprendernos, acompañarnos en esta aventura llamada vida.

Es aquí en esta reflexión donde regreso a este principio que acompaña mi presente, la reciprocidad, la aceptación del tiempo, del momento que cada uno tiene que experimentar, libre de juicios, soltando una y otra vez, ya sin pena, sin dolor, mucho menos resignación, solo con el deseo ferviente de que cada una de las experiencias que vivan ...traiga amor, del que permite sentir y tomar decisiones que enriquecen el alma, no los bolsillos, el rostro o el cuerpo, pues al final este trayecto tiene un fin que no sabemos cuando es.....puede ser después de escribir estas líneas y de ser así sentiría la libertad de ir a donde tenga que ser, con la paz de haberlo dado todo siempre sin importar nada mas que el amor que sentía en cada aliento que compartía.