Con puño y letra
Afirmaciones, confesiones
12/16/20244 min read


Mi letra, la desesperación con la que suelo escribir cuando el sentimiento me desborda, la miro y es como desnudarme el alma por enésima vez, mi ruta de escape mágica e instantánea de los innumerables paseos mentales por los cuales me deslizo entre novelas con un mismo protagonista y unos cuantos actores que han sabido marcar un antes, durante y después en cada vela que enciendo mientras cae la noche y antes que oscurezca decido tomar acción, ....el día llegó,.... solo se siente, es como una corriente que te levanta de la cama y te empuja hacerlo, a enfrentarte con la realidad, ser testigo del presente, cerrando la última página de un libro que me gusta leer. Mi vida misma!
El café esta frio pues mientras recorría las lecturas de algo así como 40 días escritos a puño y letra voy reconociendo, esta parte vulnerable de mi ser, como se manifiesta en palabras, deseos, intensiones y mas que nada, cada una de aquellas que esquive, las que me faltaron por decir, recordar y hasta callar......es así como regreso a la tierra la mas cercana en mi balcón, en mi jardín.....cabo un orificio lo suficientemente profundo para poder albergar cada una de mis sensaciones y emociones plasmadas con colores que apaciguan mi mirada, cobijan mis pies, prendo una vela de color naranja para que me acompañe en el proceso, siendo ella y yo mis manos empiezan a romper cada hoja, una por una.....como un sinónimo de gratitud hacia la vida, el universo, dios......por haberme permitido sentir y hoy ....dejar ir.
Conecto con la tierra, sostengo mis manos en ella como si fuese un puñado de vida, siento el aire mientras respiro profundo en señal de reconocimiento, aprecio el calor de la vela y como va quemando cada uno de los pedazos que al azar selecciono para darles una ultima mirada, mientras se consumen, mi intensión permanece intacta, no hay nostalgia, no hay pena o dolor, solo la tranquilidad de poder aceptar cada día mas este momento, un poco de agua para completar todos los elementos que forman mi cuerpo y certeza absoluta de sentir que la vida va bien.
Entierro unos cuantos pedazos muy profundo, como simbolizando un nuevo comienzo, si otro mas, los que sean necesarios pues al final de todo esto, quien me sostiene soy yo mismo en aceptación de ser lo que soy, esta esencia que vibra y no para de soñar, que tiene planes, que camina descalzo por la casa y a veces.... hasta desnudo, amando mi cuerpo, respetando y valorando el paso de los años, mi manera imperfecta de ser extraño a los estereotipos, de quebrar expectativas físicas o carnales cada vez que han querido identificarme en vacíos.
Me propongo sembrar en ese espacio mis letras, quedan los recuerdos enterrados en ese espacio de tierra fértil, mi intuición se despierta de manera súbita, sé que en par de días más brotarán raíces, las cuales un día volveré a sentirlas, mirarlas ya como: una flor, una planta o lo que acompañe mis días en pleno gozo y reconocimiento de dicha intensión, estando seguro de mi propósito, recobrando mi mirada a la luna tan perfecta y escondida tras las nubes, apareciendo de forma extraordinaria, llenado de luz el ventanal grande de la sala.
Vuelvo a sentirme vivo y maravillado con todo lo que puedo sentir, tengo la impresión que entiendo de lo suficiente que es todo cuando realmente me involucro con él, algo diferente pasa por mi ser, una cierta energía que tiene pausa, calma, que ha decidido dejar a un lado momentos, lugares, personas que hacen ruido, que llevan algo de oscuridad e interés momentáneo, aprendo a reconocerlas y con compasión ser solo parte de micro segundos, pues al final en este espacio de solitud es un verdadero privilegio abrir la puerta para compartir el aire.
El silencio invade mi piel y claro que sí... momento para agradecer una vez mas, desde muy dentro, desde una historia contada en retrospectiva de mi vida como tal y en sí, aceptando el compromiso de vida real, toda esta experiencia va tomando sentido, mi propósito se manifiesta cada vez con granitos de tierra que sacudo de mis manos, con la visita de aquella mariposa en mi balcón un lunes por la mañana, fue cuestión de segundos para reconocernos enseguida, solo que esta vez no poso mi mano, detrás del cristal apenas y la contemple, llenado mi alma de recuerdos de su presencia aquel día, en pocos segundos y sin mirar atrás voló despacio como diciendo adiós, haciéndome comprender el periplo que aun resta por recorrer, siendo pasajeros con tickets sin regreso.
No serán los últimos que escriba a puño y letra eso estoy mas que seguro, vendrán mas historias, mas momentos que plasmar en resúmenes de intensiones de un día a la vez, de crayones y dibujos que complementen mis miradas cada vez que llegue a casa y encuentre como es mi sentir, este hogar que tanto he buscado y que por ahora lo acepto como es.....tan mío que es mas que suficiente.