Basta con Recordar
Todo un camino que ciudar
8/25/20243 min read


Siempre los domingos tienen esta sensación de querer abandonarlo todo, como queriendo ser parte de lo que ya no es, o de eso que tanto nos costó desprendernos tiempo atrás, será por que es un día donde la vida no tiene un algo que cumplir, un mandato que llenar o esta forma equivoca de pensar que mañana regresa la rutina. Es como el día libre de hacer lo que se nos vienen en gana.
Los domingos se han vuelto esos días de silencio a mis constantes reflexiones existenciales, es mas como que decido moverme un tanto mas a las actividades mundanas y cotidianas, son días en que abandono los libros y me sumerjo en el mundo de las películas, algo de noticias y observo la vida de mis 20 o 30 contactos que tienen una actividad permanente en whatsapp. Lo maravilloso de todo es que no me comparo, no siento como hace un tiempo atrás que mi vida en solitario es aburrida o sin gente con la que hacer bulla o simplemente algo de compañía para estar en constante actividad y así pensar que aun respiro.
Un domingo mas particular que lo de costumbre, empecé a recordarme hace 6 meses y como mis rutinas han ido cambiando, principalmente por la responsabilidad que siento en el trabajo y como ha venido a llevarse gran parte de mis segundos, no lo reniego para nada, mas bien ha venido a complementar este espacio de vida que le había puesto pausa activa y prolongada, ahora dentro de todo este universo de responsabilidades lo disfruto y empiezo a delinear como equilibrar los días, siendo otra vez participe de los momentos que me permiten descansar.
Hice un par de reservas y regrese a un lugar que fue testigo de mis miedos, debilidades y de momentos de angustia al no entender el para que de lo que me había sucedido, pero no paso mucho tiempo para estando en ese lugar esbozar una sonrisa y sentir una gratitud inmensa por sentirme vivo y satisfecho, por haber llevado ese proceso de la manera en la que se dio, no lo cambiaría en nada. Mis pupilas solo atinaban a contemplar lo maravilloso del lugar, tan cerca mío y tan lleno de historia que ya no duele.
Encontré un tanto mas de repuestas ya con los sentimientos mas consientes sobre la vida actual y como la voy llevando, quizás cada mas incomprendida por los mas cercanos a mi presente, pero que al momento se alinea dentro de la responsabilidad afectiva que empiezo a cultivar, tanto para mi como para quienes valientemente han decidido ser parte de un instante, un día o un par de horas, que a ciencia cierta saben que de momento no hay mas espacio que ese, perfectamente creado y provocado para ser cómplices de lo que las almas quieran experimentar y en otros casos cumpliendo el acuerdo que hicimos, quien sabe cuando.
Lo agradable de todo este proceso es que me enfrento al espejo de mi verdad, esta que ya se presenta imponente y eficaz en cada futura decisión que estoy dispuesto a tomar, en especial las que por alguna razón, que no es mas que la curiosidad de experimentar y sentir van delineando un escenario igual de incierto pero con algo mas de paciencia y prudencia. He bajado totalmente las revoluciones de la adrenalina del sentir, ya he superado la gratificación instantánea y el momento actual es abundante en silencio pero cada pequeño ruido que se escabulle por ahí y que permito resuene en mi oreja, ha venido aportar en algo a mis días.
Aun que parezca un cliché, es como que voy tomando bocanadas de cordura, pisando un tanto mas fuerte la tierra cuando por ahí quiero levitar, por que sé en conciencia que de momento no estoy listo para volar, lo importante de ello es que resuelvo los días como se presentan, sin puntos suspensivos, sin esa interrogante del millón del que hubiera sido?. Creo que voy comprendiendo un tanto mas el verdadero un día a la vez, o quizás es solo un domingo mas en el cual puedo decir que la vida va bien y que este presente y todo lo que implica en abundancia y ausencia, es como tiene ser.