Almas lastimadas

Sanando en el camino

9/23/20242 min read

Habría menos almas lastimadas si aprendiéramos a decir no, o tal vez, solo encontrar ese espacio de introspección para saber reconocernos y dejar materializar los sueños de otras personas.

Qué pasaría si aprendemos a respetar íntegramente las decisiones de los demás, esas que no nos incluyen en el tiempo por mas efímero que sea, las que fueron o son tomadas en base a aquellos anhelos y deseos de ir por la vida sintiendo aires diferentes a los que el presente nos propone.

Son reglas ?? Son acuerdos, o de qué va el mantenerse en una decisión? Cuando llega ese momento del día en el que sentimos que estamos dispuestos a caminar..... ya dejando de correr, cuando ya es suficiente..... todo lo experimentado, como pasar a la etapa de plasmar las enseñanzas de los años sin tanta expectativa de un algo más?

Qué forma más atrevida tenemos de revolucionar el presente con heridas del pasado, que aterrador se vuelve cuando estamos inmersos en un día a día, cargado en el silencio, en el llamado de advertencia que escondemos con una idea descabellada que sobrepasa nuestra esencia, que asusta nuestros planes y pretende construir nuevas bases.

He luchado con el apego gran parte de mi vida, es un verdadero reto la verdad pues esta forma sensible que tengo de sentir mis compromisos me llevan en determinado momento a sentir incomodidad ante lo que escucho, miro, leo o pretendo comprender…..todo aquello que está fuera de mi alcance, de mi comprensión y que exterioriza un mañana que no es mío, que se aleja pero que resiste hasta que este hilo rojo que une, se retuerza entre espacios nuevos, sonrisas ajenas, y el tiempo que decidimos entregarlo a ese algo más, que en teoría nos devuelve al sitio seguro de donde no debimos salir.

El sentir a tiempo real, sin espacio a los kilómetros, que tan frágil puede ser cuando más puertas se abren ? Cuando las distancias se amplían y las horas nos hacen esquivos los recuerdos. Mientras se construye la vida en la individualidad del hoy, este que descarta el mañana ….permitiendo que la vida fluya en ausencia, dejando pasar nuevas emociones contenidas de un plan inicial que al mirar el reloj notamos como se vuelve presente sin apenas darnos cuenta.

Despertar así, nuevamente con miles de sensaciones e ideas en simultáneo no es nuevo para mi, resulta familiar toda esta letanía de información que ahora regresa, la que voy descubriendo dentro de un propósito mayor que de seguro el universo tiene preparado para mi, como de una u otra forma me subo en este avión, sin maletas, con lo justo y necesario para dejar una huella que pretenda dar pertenencia y sentido a todo lo incierto del tiempo, de la distancia, de los planes, de los números.

Los años, el número que marca nuestras vivencias, este perfil que hemos ido delineando día tras día es el que nos trae aquí a este momento de reflexiones profundas sobre el alma, sobre la empatía real y sincera de saber reconocernos.

Que valiente es reconocer una alma herida, que noble puede ser que te reconozcan como tal, que bendición sería llegar a coincidir con humanos dispuestos acompañarnos en el camino con todas esta dudas, contradicciones y vulnerabilidades expuestas, sin pretensiones, sin un juicio de valor pre establecido.